EL MUNDO DE LOS SUEÑOS

29 septiembre 2008




PASANDO LA TARDE CON...

MIGUEL DE UNAMUNO




Un 29 de Setiembre de 1864 nace Miguel de Unamuno en la Calle La Ronda, 16 de Bilbao.

Y escribo setiembre adrede... sin P ... como él lo hacía. Defendió siempre la eliminación de esos grupos fonéticos dificiles de pronunciar y el tiempo y la Real Academia de la Lengua le dieron la razón.

Hoy está admitido escribir septiembre o setiembre.

Al igual que obscuro u oscuro.

En una ocasión la imprenta le devolvió un escrito corregido en el que se leía:

!OJO!... obscuro... no oscuro

Él lo devolvió con otra nota diciendo:

!OIDO!... oscuro... no obscuro

Por ello en la placa que conmemora su nacimiento se puede leer setiembre.



Cada año se conmemora su nacimiento en ese Casco Viejo de Bilbao, que tanto amó con diversos actos.

Este año, tras la ofrenda floral y el Aurresku de honor, acompañados de unas palabras del Alcalde de la ciudad Iñaki Azkuna, la conferencia que siempre se celebra por la tarde en la Biblioteca de Bidebarrieta ha tenido por título: "Primicias de Unamuno".

Verdaderamente el profesor José Antonio Ereño de la Universidad de Deusto nos ha deleitado con muchas de esas primicias sobre la vida de Miguel de Unamuno.

Nos ha mostrado de que manera cada uno de sus seres más cercanos y queridos marcaron su vida y su obra.

Por ejemplo de su padre destaca cómo al parecer fué el causante de esa fascinación que siempre acompañó a Unamuno, sobre el misterio del descubrimiento del lenguaje, que nació cuando con apenas 4 años vió como su padre hablaba en francés con un francés y se entendían. Algo insólito para un niño, descubrir que existían más lenguas que la suya.

También a su padre debe la afición por la lectura de tantos y tantos libros, como había traído al volver de Mexico.

Cuando evoca a su madre, siempre nombra aquel "Mirador" que daba a las escaleras de la Calle Mallona. Refiriendose a su madre, decía: " Y si no llego a escribir todo lo que quiero es por respeto a mi madre"



Su madre no aprobaba la militancia socialista de Unamuno y éste para explicarle sus motivos le escribió una carta que jamás llegó a darle, en la que entre otras cosas le decía que los socialistas no eran malos y que no se comían crudos a los niños.

Otra de las personas que marcó su vida fué Don Sandalio, su profesor en la escuela de la Calle Correo, 6 del Casco Viejo de Bilbao.

Cuando le nombraron Rector de la Universidad de Salamanca, Don Sandalio le escribió una carta a la que el respondió y entre otras cosas le agradecía por haber abierto su mente y le decía: "allí aprendí a leer, escribir, contar... y sentir..."

Y se despide de él diciendo "Del antiguo Miguel, del que usted sacó a la vida del pensamiento" Salamanca 30/10/1900

Respecto a su paso por el Instituto Unamuno se preguntaba ¿Que aprendí allí?... Nada se contestaba... "Pero salí enamorado del saber"

Además este año es el centenario de su libro "Recuerdos de niñez y de mocedad". Estaba molesto Unamuno porque pensaba que este libro no había sido justamente tratado. Quien no tenga constancia de la importancia de los primeros recuerdos vitales, quizás no entienda este gusto y este refugiarse en la infancia que acompañó a Unamuno a lo largo de toda su vida.

Este libro fué para él, un pretexto para volver a sus primeras experiencias.

Ese volver siempre, a lo largo de toda su vida a su infancia y a su niñez, quizás se deba en el caso de Unamuno a que para él fuese " su paraiso perdido".

Pero sin duda alguna, quien marcó toda su vida fué su esposa y compañera Concha Lizarra, con la que pasó 65 años, 43 de los cuales de matrimonio. Cuando habla de ella siempre nombra sus ojos. Decía que mirarla era un bálsamo para él.

"Su alegría pura ha sido mi mejor escudo"

"Mi Concha era mi costumbre"

Respecto a Don Isidoro su primer confesor siempre hablaba de su voz.

Hay un insecto que le acompaño siempre... El cochorro... Era un insecto que estimaba. Se alegró cuando supo que Aristóteles y los atenienses de su época se divertían también con el cochorro. A este bichito le escribió numerosos artículos.

"Ven aquí cochorro de mi niñez", le decía.

Una de sus grandes aficiónes era la Cocotología o Papiroflexia. Realizó todo tipo de animales, pero jamás quiso hacer un hombre, porque según decía eso hubiera sido de una enorme responsabilidad.

Dado que el mundo de su infancia significó tanto a lo largo de su vida, comparto con vosotros este bello soneto:





Soneto de la niñez









Vuelvo a ti, mi niñez, como volvía

a tierra a recobrar fuerzas Anteo,

cuando en tus brazos yazgo, en mí me veo,

es mi asilo mejor tu compañía.



De mi vida en la senda eres la guía

que me aparta de todo devaneo,

purificas en mí todo deseo,

eres el manantial de mi alegría.



Siempre que voy en ti a buscarme, nido

de mi niñez, Bilbao, rincón querido

en que ensayé con ansia el primer vuelo,



súbeme de alma a flor mi edad primera

cantándome recuerdos, agorera,

preñados de esperanza y de consuelo.





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22 septiembre 2008

SOBRE EL OTOÑO



-AURORA EN EL BOSQUE DE LLUVIA-
Música de relajación-OTOÑO-Bosque


A las 17:44 de este lunes de septiembre, ha comenzado oficialmente el otoño.

Es mi estación favorita. Los días son más cortos y las luces del sol se difuminan y comienzan a apagarse, son más tenues e invitan a la reflexión y el recogimiento.




Los atardeceres se cubren de nuevos tonos. Los árboles muestran su colorido más bello.

Atrás quedan los excesos del verano, el calor y esas luces excesivas que me ciegan.

Es en otoño cuando más me gusta perderme por los bosques y las veredas de mi Valle.




El otoño es la estación del abrazo. Por ello hay que llenar la casa de cosas que te abracen… velas, tonos cálidos y suaves mantas de algodón de los colores ocres y rojizos de la estación.

Hay que preparar la leña para la chimenea. ¿Que sería de mis otoños sin el fuego? Me encanta sentarme en el banco de madera que hay a un lado de la chimenea, al volver de mis paseos por el bosque.






Allí no hay televisión, no llega la línea telefónica y la cobertura de los móviles es casi inexistente.

A veces me pongo a leer delante de la chimenea y de pronto descubro que no estoy leyendo. Me paso las horas muertas mirando como chisporrotean los leños. Esa es una de mis mayores diversiones nocturnas. Nada como el fuego para meterme dentro. Para explorarme y reconocerme, o por lo menos intentarlo.



Después, cuando las luces comienzan a apagarse y la oscuridad cubre la peña que circunda mi Valle, me siento en el banco de piedra que bordea la fachada y me lleno de otoño…






Y observo la baranda de hierro que comunica el jardín trasero de la casa con el terreno de atrás. La baranda es como un puente que comunica ambos espacios, permitiendo el derecho de paso del ganado entre ambos.



Y en ella me apoyo y espero pacientemente hasta que ella aparece. Se llama PIPI y es una bonita urraca, que acostumbra a revolotear alrededor de la casa al atardecer para colarse en un descuido e intentar distraer cuanto objeto brillante y pequeño esté a su alcance. Como un niño travieso sale disparada de la casa con su trofeo en el pico y lo esconde en un rincón del porche trasero cuando piensa que nadie la ve.



Después le encanta posarse en el retrovisor de la furgoneta de mi hermano el bohemio, el artista… aparcada siempre delante de la casa. Desde allí nos mira altiva, como diciendo “aquí no pasa nada”



Este otoño va a ser diferente. El año pasado por estas fechas el paisaje era mucho menos verde pero el río bajaba desde el nacimiento, allí arriba en la montaña muy cercana a la casa cargado de agua.



Sin embargo, este otoño el paisaje luce verde en todo su esplendor, pero el río está completamente seco en su nacimiento principal. Las cascadas de agua han desaparecido. Habrá que esperar al invierno, las nieves y sus deshielos para recuperarlas. Para ver su caudal correr como otros años tuve que caminar por sus orillas varios kilómetros.



Cuando por fin la oscuridad invade mi entorno y apenas puedo ya adivinar ni el valle, ni la peña, ni los árboles, me cobijo entre los muros de piedra centenarios. Muros de más de 150 años y de casi dos metros, a los que mi hermano supo arrancar bellas ventanas.





Y allí en medio de la calma, descubro cada otoño que la naturaleza nunca deja de quererme


Descubro que mi YO más frágil y desvalido se fortalece y se calma en medio de ese otoño que no deja de sorprenderme cada año.




(Todas las fotos han sido hechas por mi y corresponden a los lugares que cito)

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19 septiembre 2008

DE NUEVO SOÑÁNDO…TE





Watermark-Miss Clare Remembers-ENYA


Mí querido amigo:

De nuevo esta noche he viajado por los toboganes de los sueños y he subido y bajado contigo por ellos.

Hoy mis sueños han sido diferentes. Hoy mi noche ha sido diferente. Un estado de duerme vela permanente se apoderó de mi y me acompañó durante horas junto a una especie de inquietud pausada provocada por un extraño collage de hombres verdes y blancos… hombres reales y virtuales… hombres del pasado y del futuro.

Nada tuvo que ver con mi noche ese insomnio del que algunos hablabais estos días.

Son de nuevo los días inciertos los que me atormentan en noches como esta. Días en los que la presencia de los hombres de verde se hará de nuevo evidente.

Volverán los tangas de leopardo y las manzanas verdes a rondarme, mientras ellos hacen su trabajo. (Para entender esto podeís leer la entrada de 2-7-2008)

Sin embargo, fueron de nuevo tus letras las que consiguieron apaciguar mi ánimo. Esas letras que me llevé conmigo para intentar hacer más amena la noche. Esas letras que a menudo me llegan al corazón y lo atraviesan. Las mismas que me dicen sin decir y que sin hablarme… me hablan.

Esas letras de ida y vuelta, llenas de mensajes secretos, de deseos ocultos, de susurros por llegar y noches por compartir.

Esas letras que a menudo llegan cuando más las necesito y se colocan a mi lado en los momentos inciertos como estos que la noche y el día pasado me han tocado vivir.

Gracias amigo por ello.

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15 septiembre 2008




PEQUEÑAS MUERTES



Los sueños son pequeñas muertes,


tramoyas, anticipos, simulacros de muerte,


el despertar en cambio nos parece,


una resurrección y por las dudas,


olvidamos cuanto antes lo soñado.



A pesar de sus fuegos, sus cavernas,


sus orgasmos, sus glorias, sus espantos,


los sueños son pequeñas muertes,


por eso cuando llega el despertar


y de inmediato el sueño se hace olvido,


tal vez quiera decir que lo que ansiamos,


es olvidar la muerte,


apenas eso.


Mario Benedetti



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08 septiembre 2008


LA CONSERVACION DE LOS RECUERDOS

9-4-2008




Los chicos del coro



Acostumbro a seleccionar minuciosamente las agendas en las que conservo cada uno de mis pedacitos de vida.

El lunes 7 de abril mi hija me hizo un gran regalo. Un maravilloso cofre-arcón de madera oscura, completamente grabado de motivos orientales. Bellísimos paisajes de estilo japonés con sus pagodas, sus jardines, sus bellos árboles…







Cuando abrí el paquete y vi aquella maravilla, de inmediato dije… ya se lo que voy a guardar en este cofre… y sin necesidad de seguir adelante, ella dijo “Tus agendas especiales”. Efectivamente desde ese día custodio mis agendas especiales, en el que ya ambas denominamos “El cofre oriental”.



Algo similar me ocurrió mientras escaneaba para vosotros todas aquellas fotografías de las “TURRIS EBURNEA”. Cada una de ellas me evocaba momentos o sentimientos diferentes, en el tiempo y en el espacio, a los que con absoluta seguridad les encantaría permanecer eternamente agazapados en las mismas. Qué mejor lugar para permanecer inmutables que un recipiente pensado precisamente para contener cosas inmateriales, las cosas del alma.

En una guardaría los recuerdos de amor, todas esas bellas palabras a menudo dichas y escuchadas, de las que siempre he querido saber a donde van, cuando dejan de decirse y de escucharse. Todo ese torrente de sentimientos que nuestra pasión desborda por los cuatro costados cuando nos enamoramos.



En otra guardaría los besos, exclusivamente los besos. Los besos dados, los besos recibidos… e incluso quizás tuvieran más entidad, como para permanecer en esa Torre, los besos no dados pero deseados, esos besos pendientes de dar… Todos guardamos en nuestro interior alguno de esos besos, a la espera de poderlos rescatar para ofrecérselos a quien de verdad mereciera recibirlos.



En otra alojaría todo mi interior, para que no se altere ni se modifique con el paso de los años. Para poder acudir a mirarlo y recordarlo de vez en cuando, cuando la vida me ponga de nuevo a prueba, cuando sienta que estoy cambiando y necesite de nuevo recordarme.


Habría una especial, conteniendo todo cuanto mi padre me dejó antes de morir. Tremenda y duradera herencia la suya. Me abandonó a los diez años y sigue presente. Por ello que mejor manera de seguir conservando su voz, su olor, sus manos, toda la esencia de cuanto fue y cuanto significó para mi el escaso tiempo que permanecí a su lado, que encerrándola en una urna de marfil, para hacerla eterna, más eterna de lo que ya se ha hecho esa esencia que siempre me acompaña.



Otra sería para mi madre, a la que aún creo tener a mi lado. En mi casa siguen sus zapatillas de verano y de invierno, siempre dispuestas a recibir sus visitas. En ella metería la fuerza, el coraje, el trabajo, la dedicación, la angustia… todo cuanto tuvo que superar para hacer de nosotros lo que hoy somos. Me gustaría conservarlo y recordarlo siempre, para poder ir sacando pequeñas porciones cada día e intentar hacerlo con mi hija, cuanto menos lo bien que ella lo hizo conmigo.



Pero el lugar de honor sería para la Torre encargada de albergar los sentimientos por llegar, todo ese caudal de cariño, de dulzura, de amor, de pasión, de alegría, de entrega… que cada día necesitamos ofrecer a los demás y que a veces nos cuesta tanto encontrar en la recamara de nuestro interior. De esta manera, siempre dispondría de repuestos.





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