EL MUNDO DE LOS SUEÑOS

09 enero 2010

LA BELLEZA DEL AMOR



Música: Return Home-ELI KAZAH-Chill in India



En el mundo hay pocos lugares tan tántricos como el Valle de Katmandú.

La visión tántrica de la vida es aquella, en la que todas las cosas y todas las acciones- incluso las más reprochables- tienen su razón de ser.

Al anochecer, allá en el Valle de Katmandú, hay que indicar el camino a los Dioses para que puedan irse a dormir y se hace con campanillas que recorren los caminos del Valle.



Hace ya bastantes años que mi visión de la vida coincide mucho con esa visión tántrica. Me gusta coger de cada creencia, de cada religión, de cada gran pensador o filósofo, aquello que me sirve y me ayuda para vivir en paz y armonía. Aquello que, como suelo tanto decir me ayuda a encontrar la belleza donde aparentemente no existe.


Santuario hindú


Es un poco lo que hizo en su momento Hypatia de Alejandría, que tan de moda se ha puesto de pronto como protagonista de la película “Agora” de Amenabar. Y es que ella, al igual que yo sin saberlo, practicaba el sincretismo, es decir, adoptamos como propio aquello que más nos conviene de cada sistema filosófico.

“Un sincretismo es un intento de conciliar doctrinas distintas, que muchas veces no guardan una coherencia entre si.”



Pilas de piedras en el Himalaya guían a los devotos a los santuarios


El ser capaz de admitir los motivos ocultos de cada una de las acciones negativas que me rodean, de los daños que me hacen o de las desgracias que la vida me depara, me ayuda a superarlos, a vivir con ellos sin quedar marcada, sin odios, rencores o culpas.

En definitiva una vez más se trata de aprender a aceptar.



Peregrinos budistas marcan el camino a Muktinath con stupas de piedras pintadas


Hay un libro de Osho de 1997, “La experiencia tántrica”, cuya presentación dice: Con Osho como guía, el tantra aparece en todo su esplendor como una nueva manera de verse uno mismo, de contemplar la vida y de vivir en armonía con la existencia. Porque el tantra no es una propuesta intelectual, es pura experiencia.
Y coincido con esa visión de la vida cuando intento una y otra vez, como hace poco decía, encontrar el sentido de las cosas menos bellas de la vida



Joyas de piedras semipreciosas, texto en sanscrito


Y en lugar de campanillas para indicarme el camino a seguir en esa búsqueda, utilizo esas famosas miradas mías. Pero hay otra forma para llenarse de belleza, para aprender a comprender el mundo y sus circunstancias… Creo que es la mejor de las maneras para hacerlo… Es a través del amor…

El amor del tipo que sea, platónico, real, soñado, inventado… el amor siempre es bueno… tiene que serlo porque nos ayuda a vivir, nos sana, nos ilusiona y en definitiva nos permite, me permite en este caso a mi, moverme por el mundo con miradas diferentes a las demás miradas.



Manos pintadas de rojo “Mahendi


Y estoy con Diotima, aquella mujer de Mantinea que aparece en el Banquete de Platón, cuando dice que “en el amor sí que merece la pena vivir”. Esa mujer que según Sócrates “le enseñó las cosas del eros” y en cuya boca aparece la primera teoría del eros, en ese diálogo que relata El Banquete en el que brilla su exposición sobre el amor, por encima de las de los hombres que intentan definirlo.

Cuando amamos, nuestras miradas son dulces, tiernas, comprensivas, luminosas… están llenas de VIDA.



Deidad budista Sahasrabhuja Avalokiteswara


Miradas de ese amor que describo llenaban mis adentros, cuando caminaba hace unos meses por las playas solitarias de Vigo en ese otoño que allí mismo comenzó. Mientras amaba intensamente la vida, al igual que hoy, que esta noche lo hago mientras te pienso, y mientras dibujaba algunos nombres y frases en la arena escribí estos haiku:



Feliz de nuevo

Escuchando a la tierra

Tu nombre escribo




Nostalgia de ti

Sentimiento en la arena

Me traen las olas


Santuario hindú

Todas las imágenes están sacadas del libro de David Howard- VIAJE SAGRADO-De las riberas del Ganges al Himalaya.

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