LA MUERTE DEL SALMONETE
El miercoles viví la situación más surrealista de cuantas podais imaginaros.
Resulta que teníamos en casa una gran pecera con unos peces que pescó mi hija en el Parque Infantil de Navidad, en el año 1996. Este tipo de peces, suelen mantenerse vivos el trayecto del Parque a casa o poco más.
En nuestro caso, COMO SIEMPRE OCURRE EN NUESTRO CASO…… fuimos la excepción que confirma la regla y se instalaron en nuestra casa, cuan Okupas de barrio, se atrincheraron en la pecera dispuestos a superar el Record Ginnes, de supervivencia peceril.
Yo llevaba tiempo suspirando porque los pobres peces estiraran la pata de una vez – porque no nos engañemos, un pez es un pez – y la verdad es que vida familiar o social hacen más bien poca. Pero nada, que los peces venga cumplir años y cada día más tersos y lozanos. Incluso pregunté en una tienda especializada por la duración habitual de este tipo de bichos y me dijeron que unos 7 años más o menos.
Los tíos cumplieron los 7, los 8, los 9 e iban camino de cumplir los 10, cuando de pronto, un día apareció uno muerto. Pensé que les había llegado su hora y que los dos que quedaban durarían más o menos un telediario. Pero ni por esas, los tíos se hicieron fuertes en la pecera de nuevo y les dio exactamente lo mismo si les cambiaba el agua, si les daba de comer, etc…vamos, que se hicieron a todo, hasta al ayuno. Porque la dichosa pecera pesaba muchísimo y al lesionarse mis brazos, de pronto me encontré con que no podía moverla. Así que durante meses el aseo de los peces, fue como el de las abuelas antiguamente, poquita agua y por partes.
A pesar de sus peculiares condiciones de vida, ni por esas…….ellos creciendo, convirtiéndose en dos hermosos salmonetes, cuyos saltos amenazaban con terminar con sus cuerpos estampados cualquier día fuera de la pecera.
De pronto, en Navidad, una mañana, apareció uno de ellos flotando en medio de la pecera. Ahora sí – me dije – el otro irá detrás. Porque por aquello de que no es bueno que el hombre esté solo, pues seguro que tampoco es bueno que el pez esté solo…. DIGO YO……. Pero nada, ni la pena por encontrarse solo en la pecera, tras haber vivido más de 10 años acompañado, ni los camino de 11 años que iba a cumplir pudieron con él……hasta que ha tenido que ser EL CAMBIO CLIMÁTICO, el responsable de su muerte.
No nos engañemos, las temperaturas están cambiando, de pronto hay días que el Sur parece el Norte y este parece el Sur. Es como si la naturaleza tuviese en sus manos el mapa de España y jugase a doblarlo por la mitad y a ponerlo patas arriba. Porque digo yo, que las tormentas, los vendavales, los granizos, que llevamos dos semanas padeciendo a algo se tendrán que deber. Pues como siempre hay alguien que pague los platos rotos……..pues…...al cambio climático. Y CON ESTA SOLUCIÓN, TODOS CONTENTOS.
La noche del martes, fue absolutamente infernal. Una de esas noches en las que los truenos, la lluvia, los relámpagos, los granizos y toda clase de despropósitos atmosféricos, se confabularon para no darme tregua y no dejarme pegar ojo.
Cuando a las 8 de la mañana se marchó mi hija al colegio, me volví a la cama de cabeza, estaba molida, necesita dormir y podía hacerlo hasta las 12, hora en que debía de ponerme en marcha para llevarla a mediodía al médico. Me dormí al instante…..cuando me parecía llevar horas durmiendo, de pronto se desataron de nuevo los elementos y empezó una tormenta de película de terror. El agua y los granizos amenazaban con romper las persianas y de pronto………tras un tremendo trueno, se oyó un estruendo de cristales que hizo temblar toda la casa.
Pensé que había caído un rayo cerca o algo así. Me incorporé, encendí la luz y vi que tan solo eran las 8,30.
De inmediato se empezaron a oír persianas subiendo y bajando. Todos los vecinos querían averiguar el motivo de tal estruendo. Yo misma me asomé al patio, desde la ventana de mi habitación y lo único que conseguí fue constatar que los elementos estaban desatados. Pero del origen de aquel estruendo……… ni rastro……..
Bajé la persiana y me dispuse a seguir durmiendo, pero claro, ya eran demasiadas las interrupciones como para poder volver a dormirme a esas horas. Decidí levantarme y me dirigí a la cocina. Cuando entré en la cocina y encendí la luz, lo primero que vi, fue…….. Y aquí viene lo del episodio surrealista……al salmonete en medio del suelo de la cocina, atravesado por un cristal a modo de puñal, por debajo de las branquias y dando coletazos desesperadamente mientras me miraba fijamente con sus ojos de besugo degollado, como diciendo ---- HAZ ALGO MUJER ----
Por un instante pensé que el tío había saltado y había caído fuera de la pecera, pero el tema del arma homicida que lo atravesaba no cuadraba con esa teoría. Fueron décimas de segundo las que tardé en recorrer con mis ojos el lugar donde se suponía que tenía que estar la pecera y las que tardé en comprobar, ante la ausencia de pecera, que lo que había ocurrido es que ésta había estallado.
No podéis imaginaros el estado de la cocina, había cristales por todos lados y toneladas de agua por el suelo, las paredes, los muebles……..
Y mientras tanto, mientras yo asimilaba, aún medio dormida la situación, SALMONETE, seguía mirándome inquisitivamente, mientras seguía aleteando. Solo le faltó hablar, la verdad sea dicha. Creo que fue su momento vital más sociable. Porque hasta entonces, expresivo no es que fuese el pobre pez.
Claro, que ese ataque interesado de sociabilidad, de poco le sirvió porque ya me diréis, que podía hacer yo con un pez en ese estado. Salvo esperar a que muriera lo más rápidamente posible.
En breve comprendí, que el desastre era bastante grande. Más de 3 horas recogiendo cristales, agua, vaciando armarios, fregando multitud de cazuelas, sartenes, etc...ya que todos los armarios que hay debajo del mostrador en el que estaba colocada la pecera, estaban llenos de agua.
Y entre tanto, mientras yo decidía que tenía que poner orden en semejante despropósito, el pez dando sus últimos coletazos – y nunca mejor dicho, desde luego – Por fin estiró la cola……..
Una tenía ganas de librarse del pez, las cosas como son, pero de eso a desearle una muerte tan violenta……..COMO QUE NO………Porque a estas alturas de la película, yo confiaba en que muriese de viejo, aunque al paso que íbamos, me enterraba a mí…….pero en fin……..
Dice mi ama, que algo así tenía que ocurrirle, porque éste morirse de muerte natural, como que no pensaba hacerlo.
El caso es que no me negareis que el episodio no es surrealista total…..ahora pienso que debí de hacerle una foto……hay que ver, que muerte tan cruel y despiadada ha tenido al final el pobre salmonete.
Pero ante todo lo que yo me pregunto, es como pudo estallar una pecera, de esa manera tan violenta, sin que nadie la hubiese tocado. Menos mal como dice mi hija, que yo no estaba en la cocina, porque no quiero ni pensar la avería que podía haberme causado.
LO ÚNICO CIERTO ES QUE ESTALLO TRAS EL ESTRUENDO TORMENTIL, POR LO TANTO POR ELLO CONCLUYO QUE EL RESPONSABLE DEL ASESINATO HA SIDO EL CAMBIO CLIMATICO.
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