20 abril 2014
05 mayo 2012
LA ARMONÍA DEL SONIDO DEL SILENCIO
10 marzo 2012
Sabes que a menudo me convierto en luna llena para llegar con mi luz a tus espacios…
Sabes que acostumbro a colarme entre los entresijos de tu vida y cuan brujilla araño tus cristales hasta que me abres la puerta…
Sabes que adoro el género epistolar y que por encima de todo me encanta jugar, quizá por ello a menudo me respondes con letras cautas, sigilosas, casi, casi escondidas, pero que a pesar de todo, me llegan…
Sabes también, que muchas veces encuentras en el silencio la mejor manera de hablarme, de perpetuar esta bella relación y en definitiva de hacer que te piense aún más de lo que ya lo hago cada día…
Sabes que te espero…
Sabes que te espero siempre, a todas horas, en todos mis recorridos y que te haces presente cada día en mis pequeñas cosas, que me encantaría hablarte de los libros que leo, las exposiciones que visito, las películas que veo…
Sabes que me imagino a menudo compartiendo de tu mano la belleza que me ronda cuando voy a la universidad. Que me apoyaría en la pasarela Arrupe a tu lado para observar la luna que cuando crece ofrece su mejor imagen desde ese lugar. Ineludiblemente esa pasarela me lleva a ti cada vez que la recorro...
Sabes que imagino a veces al salir de clase que me sorprendes y me esperas al otro lado de la pasarela…
Sabes que te imagino a mi lado mientras disfruto y me pierdo en alguna de esas librerías antiguas que tanto me gustan…
Sabes que en definitiva, te sueño como jamás hubiera podido imaginar se puede soñar a quien no se conoce…
Sabes finalmente que desde hace mucho tiempo infinidad de mis escritos se han referido a ti...
Sabes que se que tú lo sabes…
Etiquetas: SOÑÁNDOTE
09 enero 2012
En el desierto de la vida, cada cual camina a su propio ritmo y se pierde en sus propios pensamientos.
Y en ese caminar por el desierto, hemos perdido el sentido de la poesía y de la risa que los beduinos del auténtico desierto aún conservan.
Cuando uno tiene la “fortuna” de vivir al límite de la supervivencia en algún momento de la vida, aprende que es posible vivir con muy poco y que la mayor parte de las cosas que nos rodean en nuestro día a día urbano, son absolutamente prescindibles y superfluas. Este es un pensamiento recurrente año tras año al término de mis vacaciones. Llego a la conclusión de que lo único material que preciso a mi alrededor son mis libros… un bolígrafo y papel… mucho papel.
Dicen quienes se adentran en el desierto que vale la pena caminar por el mismo, aunque solo sea por el placer de la parada nocturna.
Hace días sufrí una violenta tormenta, permití que se desatase en mi interior sin hacer nada por evitarla. La rabia y la impotencia fueron más fuertes que la meditación y la relajación que desde hace tiempo intento actúen como pararrayos en esas situaciones. La calma se ausentó de pronto y permití que rayos y truenos salieran disparados en todas direcciones.
El fondo de esa tormenta, los anuncios previos de anticiclón, las causas que la provocaron… fueron reales y suficientemente importantes a mi parecer, pero la forma de afrontar esa situación no fue la correcta por mi parte.
Siempre tras la tempestad viene la calma y eso intento tras la dura tormenta, que la calma, la serenidad y la armonía que acostumbran a acompañarme en mi recorrido vital, se instalen también en mis relaciones con la única persona en el mundo, capaz de distorsionar esa manera de sentir y de pensar.
El desierto, al igual que la vida, aunque a veces pueda parecerlo, no es un territorio estéril de sueños y de anhelos. Detrás de cada duna, de cada tormenta, de cada grano de arena, hay una vida por descubrir.
23 octubre 2011
Esa noticia con la que tantas veces soñé yo, desde que a finales de los 70 comenzara a sufrir en mi propio entorno la lacra del terrorismo. O quizás desde que alejándome ya de la niñez y de la primera juventud comenzaba a comprender lo que significaba. Ese terrorismo que me llevó durante 7 años lejos de mi tierra. Esa barbarie que me hizo saltar en tres ocasiones por los aires… una en mi trabajo… las otras dos algunos años después en mi propia casa.
Cuando explotó MI PRIMERA BOMBA, llevábamos años con falsas alarmas, con alarmas confirmadas, con bombas desactivadas, bombas en las cisternas de los baños. Incluso se había establecido un sistema de aviso a través de timbres, para que la plantilla conociera lo que había que hacer en cada caso. He de deciros, que los nervios se apoderaban de nosotros y nunca sabíamos si lo que tocaba era salir corriendo o permanecer inmóvil. Tampoco pude nunca distinguir si el aviso era de fuego o de amenaza de bomba…. al fin y al cabo, casi me daba lo mismo.
Fueron años muy duros, tanto que tras encontrar en más de una ocasión artefactos en las cisternas, se me hizo imposible acudir al servicio a lo largo de las 8 horas que permanecía en mi empresa. Eso es algo que no he podido olvidar, cada vez que mis manos se acercan al mecanismo de una cisterna me viene a la cabeza aquel recuerdo.
La bomba que estalló aquella mañana y que hizo arder el edificio en el que permanecíamos cientos de personas fue el detonante… me lanzó a varios metros de mi asiento… no quise soportarlo más y en cuanto pude pedí el traslado. Me ayudó el hecho de que mi pareja llevase tiempo queriendo trasladarse a un sitio más cálido. Ese traslado tardó en llegar casi 7 meses, pero por fin el 31 de enero de 1980 un avión me alejaba de mi tierra y de mi familia para llevarme a otra tierra… desconocida para mí… elegida al azar. Un mapa de España abierto encima de la mesa del salón, en el que mi pareja y yo fuimos desechando lugares, fue el que decidió nuestro destino.
El quería calor… yo necesitaba mar… El Levante triunfó frente a otras tierras.
Nunca imaginé que años después, una vez de vuelta a Bilbao, en aquel lugar que nos acogió y nos hizo recobrar la paz interior, estallase también una bomba sembrando de terror aquel tranquilo pueblo mediterráneo.
No era justo, pero quien dijo que la vida sea siempre justa. Tiempo después pude comprobarlo, que efectivamente a menudo la vida es tremendamente injusta.
En 1987 las circunstancias laborales de ambos y la nostalgia que se hacía ya insoportable a veces nos obligaron a volver. Y en esa vuelta comprendí que nada había cambiado, que la paz que aparentemente se había instalado dentro de mí, era absolutamente ficticia. Volamos 2 veces más por los aires, ambas en la oscuridad de la noche, mientras dormíamos. Y es que cometimos la torpeza de alquilar nuestra primera vivienda encima de una empresa francesa, permanente objetivo de los atentados terroristas.
En fin, quería hoy hablar de la alegría que mi corazón sintió el jueves al escuchar esas 10 palabras largamente soñadas y esperadas:“ETA ha decidido el cese definitivo de su actividad armada”Pero los malos recuerdos han podido más que mi alegría al escucharlas.
Se de corazón que esta vez es cierto, esas palabras no tienen lugar a duda. Tan solo confió en la generosidad una vez más, de tantas y tantas víctimas que la barbarie ha ido dejando en el camino a lo largo de estos 52 años de vida de ETA, para que entre todos podamos por fin construir el País que nos merecemos.
(He de deciros que escribir esto me ha llevado muchísimo tiempo, pues como algunos ya sabéis, tengo ambas manos lesionadas, una por un accidente, la otra por una operación y aunque ya empiezo a utilizar algunos dedos de cada mano, me cuesta un mundo hacerlo)
27 junio 2011
Música: Dance me to the end of love-Leonard Cohen
“Baila conmigo hasta el final del amor”… no dice hasta el final de nuestros días… o de nuestra vida… o de la noche… no… dice HASTA EL FINAL DEL AMOR… menuda declaración de intenciones y menudo reflejo de una especial filosofía sobre el amor y sobre las relaciones y la vida.
Decía Leonard en los 70 que el matrimonio era el cementerio del amor y confiesa a Alberto Manzano, traductor y adaptador de su obra al español durante más de 30 años, en la entrevista realizada el invierno de 2007 con motivo del homenaje “Acordes con Leonard Cohen”, que el matrimonio es para gente de noble pensamiento, para personas altruistas y que exige una disciplina más dura y severa que la de cualquier orden monástica. Y añade que actualmente el matrimonio es el monasterio y el monasterio es la libertad.
Y estoy de acuerdo con él en esta última afirmación, porque hace ya mucho tiempo que mis mayores sensaciones de plenitud y de libertad vienen de la mano del silencio y del aislamiento en esos retiros que acostumbro a regalarme, da igual el momento y el lugar, lo importante, lo único importante es conseguir estar a solas con uno mismo, algo que él debió de sentir intensamente a lo largo de esos casi 7 años de retiro en Mount Baldy, Bosque Nacional de Sant Gabriel (California)
Decía en esa entrevista, al hablar de la dureza de los horarios en el monasterio y de las numerosas horas de “sentada”, que solo en severas condiciones puedes estar contigo tanto tiempo y que era una de las cosas más interesantes, quizá la más fascinante que uno puede experimentar… estudiar cómo surgen los pensamientos y se disuelven los sentimientos, las emociones, las sensaciones y todos los procesos mentales. Cómo se forman y cómo se disipan. Añadía que era un proceso fascinante, pero con unas condiciones muy severas.
Y de nuevo pienso en la cabaña del monte, en mi Valle, en el Mediterráneo de mis veranos al que cada día acudo al anochecer, en todos esos lugares a los que yo voy, cuando los demás vuelven. Pienso también en ese nuevo lugar al que acudo hace meses, para practicar la soledad y el silencio, en compañía de personas que participan de mi manera de ver y de vivir la vida, un precioso caserío en medio de la naturaleza, casi a los pies del Gorbea. Y es que parece que la vida y sus circunstancias, sin yo quererlo o buscarlo expresamente, me va acercando últimamente a esos “lugares” y a esas “personas” con las que comparto mi yo más íntimo. Todos esos lugares acogen “mis retiros” y reúnen cuanto preciso para poder abandonarme por completo al silencio y a la meditación.
Y pienso también en ese difícil proceso de dejar pasar los pensamientos como si de una película se tratara… sin centrar la mirada en ellos, sin intentar atraparlos… tan solo dejando que fluyan y se vayan, sin más… sin intentar analizarlos, ni pensarlos. ¡Qué difícil tarea, en este mundo de locos en el que nos movemos cada día!
“The Future” fue en 1992 su último disco antes de ese retiro voluntario. Después de 20 años de práctica meditativa en un monasterio en el que solía retirarse varios meses al año, de pronto a mediados de los 90 se recluye durante casi 7 años. Alcohol, drogas, mujeres, excesos cometidos de todo tipo, quizás fueron la causa de ese abandono de la “vida”.
Y tras ese “The Future” y tras ese retiro, aparece en 2001”The New Songs”, muy influido por Sharon Robinson y en 2004 “Dear Heather”, fruto de su colaboración con la cantante de jazz Anjani Thomas, con la que comparte vida.
Conociendo sus poemas y su música nostálgica e intimista, se pudiera pensar que tras ese largo retiro voluntario, en su vuelta a la música, ésta fuese mucho más intimista y nostálgica si cabe que la anterior, sin embargo la práctica diaria de meditación durante esos años en un monasterio fue la causa de que a partir de ahí sus canciones fueran más alegres y como él mismo dice un poco complacientes.
Lo único cierto es que en esa entrevista realizada por Alberto Manzano, dice Leonard:
“No sé lo que pasó en ese periodo de aislamiento, pero fue muy agradable, porque ese fondo de angustia que siempre había estado conmigo desde joven, se disolvió. Desapareció.”
Y a los acordes de esta bellísima canción, que está sonando, vibró el Palau Sant Jordi en septiembre del 2009, en donde celebró su 75 cumpleaños y en donde despidió ante 14.000 personas su gira tan esperada en España. Decía La Vanguardía al día siguiente, el 22 de septiembre:
“El león de Montreal – hierático en el centro del escenario – rugió con ansias, con una voz cada vez más menguante pero absolutamente desarmante”
Pocas personas saben que Cohen, cuando llegó al mundo de la música profesional en 1966, llevaba ya 10 años publicando y siendo muy reconocido a nivel literario en EEUU y Canadá. Su primer poemario fue “Comparemos mitologías”, al que siguieron 3 libros más de poemas y dos novelas. Todos ellos publicados antes de 1966.
Leonard siente adoración por Lorca y así lo refleja al ponerle a su hija el nombre de “Lorca”. Cuenta que a los 15 años descubrió un libro de Lorca, que le acompañó hasta que empezó a perder las páginas.
Él descubrió la poesía con Lorca y yo descubro con él una poesía nueva y desconocida hasta que le escuché hablar de ella.
Descubrí a Kabir, poeta hindú del siglo XV y sus poemas místicos.
Descubrí al poeta canadiense Irving Layton y sus poemas de amor.
Descubrí a Rumi y sus poemas sufíes.
De todos ellos hay al parecer huellas en la obra de Cohen. Y digo al parecer porque adentrarse en estos autores es una labor poco menos que imposible en España. Es increíble lo complicado que es conseguir en castellano, libros de poesía que se salgan de los autores clásicos y conocidos.
Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las letras 2011, es considerado uno de los autores más influyentes de nuestro tiempo, que ha sabido como nadie desmenuzar la vida, los sentimientos y la belleza a través de sus poemas.
El Jurado acordó la concesión del Premio por mayoría “por una obra literaria que ha influido en tres generaciones de todo el mundo, a través de un imaginario sentimental en el que la poesía y la música se funden en un valor inalterable. El paso del tiempo, las relaciones amorosas, la tradición mística de Oriente y Occidente y la vida contada como una balada interminable configuran una obra identificada con unos momentos de cambio decisivo a finales del siglo XX y principios de XXI”.
Termino, además de con su sombrero despidiéndonos como suele hacer, con las palabras que Irving Layton dijo de Cohen:
“Leonard es el único hombre que conozco que va más allá de los conceptos, que no utiliza conceptos, que no piensa en términos de conceptos o de ideas. Y de él también se puede sentenciar, como alguien dijo de Yeats, que su mente nunca ha sido violada por una idea. Piensa con todo su cuerpo. Y creo que se dio cuenta en algún lugar, quizá en el vientre de su madre, que los conceptos oscurecen la experiencia, la deforman. Y así es como Leonard desea la vida, fresca, espontánea. Pero lo realmente importante es que él vive así. Toda su vida es el mejor argumento. Su obra es el argumento. Leonard asombra,confunde y, al final, destruye a sus oponentes, simplemente siendo”
12 noviembre 2010
ALAN PARSONS PROYECTS- Eye In The Sky
SENTIR RECORDANDO
De pronto se abrió mi mente y comencé a vivir, más que a soñar despierta, acurrucada, mientras seguía sintiendo esa placidez que me invade cuando estoy a solas conmigo en la oscuridad de mi alcoba.
En ese momento y en esas circunstancias, el 22 de mayo escribí esto:
“A veces cierro los ojos y el lápiz de la memoria se dispara y comienza a escribir bellos pasajes de la historia de mi vida pasada y futura.
Es una especie de escritura automática que me permite recordar y vivir a una velocidad que mi mano sería incapaz de reproducir.
Son esos momentos que yo llamo de chasquido neuronal en los que me encantaría poder pulsar el botón REC de mi cerebro para que todo ello quedara grabado y poder después reproducirlo escribiendo con normalidad.
Sin embargo este tipo de recuerdos selectivos aderezados con momentos que jamás ocurrieron pero que en ese instante se me antojan más reales que mi propia vida, desaparecen cuando vuelvo a abrir los ojos en busca de un papel y un lápiz, en mi afán de capturarlos en forma de palabras.”
22 agosto 2010
Esperanza
Música: Dance at the Mirror-ALEXANDER SHONERT
El... Yo...
Secreto
Fundir
Etiquetas: SOÑÁNDOTE
10 julio 2010
Se amontonan palabras especiales en mi mente queriendo salir, queriendo ser dibujadas en kanji, sobre cantos rodados pintados de mil colores.
Y es que este verano mediterráneo, (el segundo que mi nueva vida normalizada me permite disfrutar) me ha dado por ahí. Al atardecer recorro la playa solitaria observando los cantos que la marea ha traído hasta la orilla y cuando alguno me susurra una palabra o un nombre o cuando una de sus formas me atrapa, los recojo para terminar reposando en el alfeizar de la ventana de mi habitación.
Casi sin querer, esta actividad se ha convertido en una especie de meditación al atardecer al borde del solitario mar.
Cuando están completamente secos, algunos los pinto de diversos colores metalizados, otros se niegan a ser pintados, me dicen que ellos son como son y no necesitan aditamento alguno para brillar con luz propia. ¡Madre mía!... hasta las piedras de mi vida, salen con fuerte personalidad…
Al final esas palabras que se apelotonan en mi mente y que pelean por ser las primeras en salir para convertirse en dibujos elaborados con tinta china, van fluyendo poco a poco, se van acoplando a uno u otro canto rodado, según el significado de la palabra, según la forma o el color del canto, según el número de trazos y el sentido vertical u horizontal del kanji…
El caso es que poco a poco he ido elaborando mi peculiar jardín Zen.
Cada día irá cambiando porque cada día que nace es diferente. Un día será el de los amigos o el de mis seres queridos, otro el del amor, otro el de las cosas bellas, habrá incluso un espacio dedicado a los sentimientos a desterrar para siempre… y es que en mi jardín hay ya muchas palabras dibujadas:
- Lealtad
- Amigo
- Secreto
- Amor
-Compromiso-
- Calma
- Transmitir
- Verano
-Alma-
-Ascender-
- Sauce
- Dolor
- Buena suerte
-Alegria
- Madre
- Paz
- Desengaño
-Armonia-
- Primavera
- Energía
- Confianza
- Fuego
- Tolerancia
-Fuerza-
- Otoño
- Frío
- Fundir
- Guerra
-Las cuatro estaciones-
Entre ellos, un nombre muy especial rodeado de los kanji, amor, vida, alma, compromiso, destino, amigo. (Siguiendo el sentido de las agujas del reloj)
O dos nombres muy cercanos, con el kanyi “armonía” lidiando entre ambos
O ese secreto que guardo dentro de mi corazón… jajajaja… no… no podéis poner un espejo debajo para ver el nombre escrito en el canto dorado…
El domingo fue un día muy cálido además de caluroso y por ello las palabras dibujadas también lo fueron: fuego, amor, fundir.
Siento no haber podido dibujar la palabra “lucidez” que me sugirió un querido amigo, pero mis libros no la recogen y no se aún lo suficiente como para conocer su composición, es decir las palabras clave que forman ese kanji y de esa manera poder llegar a dibujarlo.
¿Tenéis alguna palabra importante que quiera formar parte de mi jardín?
30 mayo 2010
Viajando a través de un CUENTO
Como sabéis, soy una firme defensora de la contemplación de la belleza y en Praga pude detener el tiempo para disfrutar sin “tiempo” de cuanta belleza me rodeaba.
Un inmenso huevo de Pascua me dio la bienvenida
Todos los viajes que realizamos suponen un aprendizaje, el mayor aprendizaje siempre me ha venido de la mano de los viajes interiores, sin embargo necesitaba de nuevo este tipo de viajes exteriores en los que mi mirada y todo mi ser terminan plenos de sensaciones.
Allá estaba yo, como Ulises, camino de Ítaca, dispuesta a explorar hasta el último reducto de cuanto a mi se me antojaba interesante.
Y vaya si lo fue, hubo de todo, edificios y monumentos maravillosos, espectáculos de sombras, opera de marionetas, conciertos a todas horas, paseos y más paseos al borde del río Moldava… pero ante todo sentí… sentí la vida intensamente. Me sentía libre, feliz, pletórica de estar recorriendo esa ciudad que para mi ha sido como sumergirme en una ciudad de cuento de hadas.
Plaza de la Ciudad Vieja
Podía hablaros de sus piedras, que es como suelo yo llamar al arte de manera cariñosa, pero eso con un tecleo a Google, lo podéis tener en unos minutos. Lo que Google nunca os contará son los momentos mágicos que he vivido. Como esos rincones en los que parapetados del intenso frío descubrí a más de un músico “callejero” de una calidad impresionante, digno de poder tocar o cantar sus melodías y sus arias de ópera en el mejor de los teatros.
O aquella banda de viejos músicos de jazz que en medio del Puente de Carlos amenizaba a los transeúntes que invadían el mismo a todas horas y que pude disfrutar casi en exclusiva en el momento que empezaron a caer unas gotas y todo el mundo salió corriendo… menos ellos… y yo.
O cuando en el único momento de apuro que pasé el primer día porque no conseguía hacerme entender para llegar a tiempo al punto de encuentro de la única visita guiada que contraté, apareció como llovido del cielo un árabe que curiosamente hablaba español perfectamente y me “salvó”… Me acompañó hasta el hotel en el que me esperaban, quedando en mi memoria el recuerdo de una escena digna de película.
Pero la perla de la corona de mis sensaciones llegó de la mano de un violín. Una noche volvía exhausta al hotel, tras casi diez horas caminando y perdiéndome por cuantos rincones iba descubriendo y en una pequeña puerta del lateral de un precioso edificio en el que desde mi llegada me había fijado, pero que estaba siempre cerrado, había un joven de unos 30 años, alto, moreno, muy delgado, con un aspecto que llamó mi atención. Ambos nos miramos y al hacerlo caí en la cuenta de que a su espalda había un cartel en aquella pequeña puerta con su foto tocando el violín.
No pude evitar acercarme. Al hacerlo descubrí que lo único que entendía del cartel, era el día y la hora… ese mismo día… a las 19:00… faltaban escasos minutos para las siete. Le pregunte como pude si podía entrar. No conseguimos entendernos con palabras, pero me cogió del brazo, abrió la puerta y tras una pequeña entrada, accedimos al interior de una sinagoga maravillosa. Resultó que era la Sinagoga de España
Me quedé parada admirando la belleza de la Sinagoga, no tenía ni idea de que aquel edificio al lado de mi hotel era una de las Sinagogas.
Estaba en penumbra, pero la oscuridad lejos de restar un ápice de belleza al recinto, le dotaba de un aire de recogimiento y misterio difícil de describir. Desde la pequeña puerta lateral por la que entramos observé que tan solo había 4 filas de bancos a derecha e izquierda con un pequeño pasillo central. En casa banco no más de cinco personas y estaban todos llenos. Le miré como diciendo…. Que hago yo ahora… de nuevo me cogió del brazo y me llevó a la primera fila, el susurro de unas palabras hizo que las personas que ocupaban el banco se encogiesen haciéndome sitio.
Él se situó en el centro y mirando al altar hizo una señal de respeto, subió las escaleras y se perdió tras una pequeña puerta.
En unos instantes apareció de nuevo con su violín y acompañado de una joven que se sentó frente a un pequeño piano situado a la derecha del altar.
Tras un leve saludo comenzó a tocar… ahí si que el tiempo se detuvo, nunca había visto a nadie tocar el violín con tantísimo sentimiento.
La música que acompaña hoy mis letras es una de las bellísimas melodías que tocó mientras me miraba a los ojos a escasos dos metros. Creo que jamás podré olvidar ese momento, esa cara y esa mirada. Mis ojos lloraban por dentro acompañando a los llantos del violín.
Cada vez que escucho su música, recuerdo cuanto viví y sentí esos días y ante todo me viene a la memoria el recorrido que realicé al día siguiente por el cementerio de Zizgov, al que acudí para visitar la tumba de Kafka y depositar en ella algo muy especial. Me estremeció la belleza de ese cementerio, durante más de dos horas lo recorrí a solas mientras los lamentos del violín seguían grabados en mi mente. Ese día mis ojos no lloraron por dentro, sino por fuera, los horrores del pasado estaban allí más presentes que nunca. Familias enteras masacradas…
Me encantan los cementerios (no todos) siempre han sido para mi un lugar de recogimiento, de búsqueda interior, de encuentro… y este lo fue. Desde que programé mi viaje, supe que Kafka tendría un lugar muy importante en este viaje.
En su tumba, al igual que en muchísimas tumbas judías, la gente deposita pequeños papelitos escritos sujetos con piedras. Entre esas piedras que rodean la tumba, ahora descansa una muy especial.
Fueron los escritos de Kafka sobre Praga, los que me llevaron a recorrer sus lugares, su vida… su tumba
Estudio de Kafka en el Callejón de oro
Homenaje a Kafka
También Borges y “El milagro secreto” viajaron conmigo. Esa historia que comienza en Praga el 14 de marzo de 1939, día de la invasión nazi. Ese cuento en el que expone las dos dimensiones del tiempo, el tiempo humano, racional y cronológico y ese otro tiempo, sin “tiempo”, el tiempo de la eternidad, infinito, divino.
Hubo momentos en este viaje en los que el tiempo también tuvo dos dimensiones para mí. Por momentos se detenía en un sonido o en un lugar y me dejaba llevar, sin prisa, sin reloj (jamás utilizo reloj).
Solo se viajar de esta manera, libre, abierta a los sentidos, sin obligaciones impuestas por horarios, agencias o grupos y sobre todo sin tiempo.
Me despedí de Praga desde lo alto de la torre del reloj, intentando dejar grabado en mis retinas el recuerdo y la imagen de esa bella ciudad.
Quiero dedicar esta entrada de manera muy especial a mi amiga Pato, porque se que le gustaría visitar Praga algún día, porque compartimos a Borges, a Kafka, los cementerios y las piedrecitas... y tantas cosas más...
Y porque la entrada de ayer en su blog, es la que me ha empujado a escribir de nuevo en el mío.