EL MUNDO DE LOS SUEÑOS

26 febrero 2008

Charles Lutwidge Dodgson





CIRCO DEL SOL-QUIDAM-Séisouso



Conocido en la historia de la literatura, con el seudónimo de Lewis Carroll, nació en Daresbury, Cheshire el 27 de enero de 1832 y falleció en Guildford, Surrey el 14 de enero de 1898.


Sacerdote anglicano, lógico,matemático,
fotógrafo y escritor, es conocido sobre todo por su obra "Alicia en el país de las maravillas".


Mucho se ha escrito y se ha hablado sobre los motivos que llevaron a Lewis Carroll a sentir esa adoración que sentía por las niñas. Como él decía: “Me gustan todos los niños, menos los niños”

Quizás tuvo que ver su precocidad intelectual, sus incapacidades, ya que se le obligó a no ser zurdo, era tartamudo y sordo de un oído.

De sus palabras parece deducirse que pudo sufrir de abusos sexuales en el internado en el que permanecido más de 3 años, antes de ingresar en la Universidad de Oxford. En este periodo se le diagnosticó epilepsia, que para la época era todo un estigma social.

Era por todo ello un hombre solitario, atrapado en una época dura y puritana en exceso, en la que difícilmente pudo escapar de los inquisidores que buscaban la indecencia propia en los ojos ajenos.

Quizás su manera de huir fue su fantasía, su libertad de pensamiento y su inteligencia. Todo ello alentado por la cercanía que sentía hacia sus amigas-niñas de entre 7 y 12 o 13 años a las que hacía cómplices de sus escritos, sus juegos y sobre todo de sus fotografías.


















Recientemente compré un libro titulado “Breve tratado de la pasión” de Alberto Manguel, escritor canadiense, nacido en Buenos Aires, en el que publica una selección de cartas de amor de todas las épocas y de los más diversos personajes, además de escribir un prólogo maravilloso sobre las artes amatorias.

De entre todas las cartas publicadas, muchas de las cuales ya había leído en otros textos, llamó mi atención la siguiente:





LEWIS CARROLL a la niña GERTRUDE

(En “Cartas a niñas”, traducción de Luis Maristany)
(Plaza & Janés, Barcelona, 1987)



Christ Church, Oxford

28 de octubre de 1876




Mi queridísima Gertrude:

Pena, sorpresa y perplejidad te causará saber la rara enfermedad que me aqueja desde que te fuiste.

Llamé al médico y le dije: “Déme alguna medicina, porque estoy cansado”.

Él me contestó: ”!Pamemas y memeces! Usted no necesita medicinas; métase en la cama”.

Le objeté: “No, no es uno de esos cansancios que piden cama. Es un cansancio facial”.

Él dictaminó, muy serio:”! Ah, es la nariz la que está cansada: por meterla en todas partes! Típico de temperamentos curiosos”.

Mas yo le contesté “No, no es la nariz; quizá sea el pelo”.

Entonces, con aire más grave aún, declaró: “! Ah, ya lo veo!, usted es de los que, cuando habla, trae siempre las cosas por los pelos: el típico cansancio de gente irreflexiva”.

“No—le corté--, el cansancio es mas bien encima de la barbilla”.

Y entonces, con aire aún mucho más serio, dijo: “¿Camina usted mucho sobre la barbilla últimamente?”.

“No”, le contesté, a lo cual añadió él: “Bueno, el caso es delicado. ¿No será en los labios?”.

“Naturalmente—le dije--¡Ya lo creo que sí!”

Entonces, con aire muy muy serio, me dijo: “Creo que ha estado usted dando demasiados besos”.

“Fue uno solo a una niña amiga mía”.

“Piénselo bien – me advirtió --, ¿está seguro de que fue uno solo?”

Lo pensé bien y dije:”Tal vez fueron once”.

Entonces decretó el doctor: “Recuerde, ni un beso más hasta que no tenga del todo descansados los labios”.

“Pero ¿Qué voy a hacer—le dije—si le debo ciento ochenta y dos?”.

Él, entonces, miró con cara tan patética que hasta le saltaron las lágrimas: “Puede mandárselos en una caja”.

Yo entonces me acordé de una caja pequeña que una vez había comprado en Dover con la vaga intención de regalársela a alguna niña. Así que los he empaquetado con sumo esmero todos; dime cuando los recibas, si te llegaron intactos o si alguno se perdió por el camino.

De haberlo pensado antes, cuando estabas aquí, te habría tomado las medidas en la misma puerta donde marqué las de Xie y otras amigas pequeñas. Por favor, dime tu altura exacta (sin zapatos) y la marcaré ahora.

Tu amigo que más te quiere.



LEWIS CARROLL








Sencillamente me parece genial el contenido de esta carta y desde luego de la misma para nada se deduce el trasfondo oscuro que algunos puritanos victorianos quisieron ver en la amistad del escritor con estas niñas, ya que por encima de todo estaba la amistad con las familias, de las que fué fotografo.
Yo tan solo veo a un niño grande jugando y dejando volar su imaginación.


¿Que veis vosotros?




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20 Comments:

At 27/2/08 3:02 a. m., Blogger Genín said...

No se, a mi no me apetece pensar mal, pero un tio muy "normal" no parece.
En fin, un adulto, cartearse con niñas, repito que no pienso mal, ni mucho menos, pero menos aún en aquella época, muy normal, no me parece.
Sin que normal, sea sinónimo de malo...
En cualquier caso, el relato es muy interesante.
Un beso y salud, Genín

 
At 27/2/08 5:17 a. m., Blogger Tork said...

Si, en realidad una persona como ella no es normal definitivamente y menos su acercamiento con niñas de 7, 12 y 13 años, a pesar de que sea el fotógrafo de familias y tenga otras virtudes.
Puede que esté equivocado, pero en la villa del Señor hay de todo....

Un abrazo Pizarr

 
At 27/2/08 6:47 a. m., Blogger Lena yau said...

Pizarr,

interesantísmo post...la carta es para darle mil vueltas...de momento me quedo con las medidas, con el hecho de querer y tener ls medidas, la altura de las niñas grabadas en el marco de una puerta.
Me quedo pando todo lo que ese gesto contiene...Se testigo del crecimiento, temer el crecimiento, congelar y acumular la imagen de la niña a determinada estatura, tener de una forma a la niña en casa...el marco de una puerta (entrada y salida)....una acción doméstica que muchos padres llevan a cabo pero que, como dije, está llena de simbolos.

besitos!

 
At 27/2/08 1:48 p. m., Blogger Soy ficción said...

Hola

Realmente la carta es increible, pero no puedo evitar cierto rechazo hacia la idea de amistad entre adultos y niñas, no lo veo normal, aunque no conozco nada más que lo que tu has escrito y por tus palabras no se peude deducir nada malo en ello, es solo q a veces es complicado entender a otras personas, otras actitudes...

 
At 27/2/08 6:18 p. m., Blogger RMS said...

Por uno u otro motivo ya estamos como predispuestos a la sanción y al prejuicio por la amistad de un adulto con niñas de esa edad. Cuesta anular ese 'pre' que muchos tenemos más elevados que otros.
Veamos más allá, si podemos, en sus cartas al parecer no hay nada anormal. Pero algo no termina de convencernos, siempre.
Un saludo Pizarr.

 
At 27/2/08 10:32 p. m., Anonymous Anónimo said...

Vaya, la carta desde luego es para releerla y pensarla con bastante más calma de lo que lo he hecho yo pero de momento me atrevo a ponerme en el lugar de Lewis Carroll. Yo tengo a mi niña interior muy, muy viva, así que por ahora, y mientras nadie me demuestre lo contrario, pensaré simplemente que a él le pasaba igual. Además, alguien en principio raro para los adultos, y más en aquélla época... no encuentro nada de extraño en que prefiriera la compañía de las niñas (los niños siempre han sido más crueles, supongo que encontraría más cariño en las niñas, entendiendo bien el cariño, por supuesto, a priori yo no pienso que hubiera nada de malo en esas amistades, aunque por supuesto me faltan datos para juzgar) En cualquier caso, una persona tan interesada como él en el mundo infantil, se merece el mayor de mis respetos. No todo el mundo es capaz de volver así a su infancia para hablar con los niños en su idioma.

 
At 28/2/08 12:03 a. m., Blogger Gatadeangora said...

Lo siento,pero me da malas vibraciones .No me gusta,ni sus cartas ni su manera de dirigirse a las niñas,ni su afición a hacerlas fotos ni nada.No me gusta ni su Alicia en el ...
Besos

 
At 28/2/08 7:26 p. m., Blogger Patricia Angulo said...

Me he quedado pensando, sin conocer mucho del pasado de Lewis Carroll, que se encontraba mas a gusto en el mundo infantil femenino que en otro sitio.
Que posiblemente sus escritos tuvieran que ver con sus fantasías.
Y si no afectaba a las niñas con con algún comportamiento indebido, no tuvo nada de malo.

La amistad no tiene edades ni sexos, eso es lo que yo pienso.

Venir a tu casa es un placer, hoy extrañé venir con un café.

Besos

 
At 28/2/08 7:26 p. m., Blogger Patricia Angulo said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 
At 28/2/08 11:18 p. m., Blogger El búho rojo said...

Triste..

supongo que si eso ocurriría hoy en día, cualquiera de nosotros se pensaría mucho que lenguaje utilizar en sus palabras para intentar no ser juzgado por pedófilo...

Una moneda, siempre tiene dos caras opuestas...

 
At 29/2/08 10:46 a. m., Anonymous Anónimo said...

Es un problema de que el que mira sucio, ve sucio.
Preciosa carta, tomo nota del libro, las imagenes igualmente evocadoras.
Un beso pizarr y gracias por el cariño en la ausencia.

 
At 29/2/08 11:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

Bueno, me alegro especialmente por entrar aquí de la mano de la polémica. A ver: yo no entiendo qué de malo hace el pobre Lewis. No entiendo esos prejuicios; ni siquiera, esos supuestas sospechas que he leído.
Me parece que eso de la sociedad garantista que proclama que hasta que no se demuestre nada, nadie es sospechoso, aún no ha calado de manera suficiente en la Humanidad.

En fin, Pizarr, que no seré yo quien vea lo que no es.
Un beso, y a seguir escribiendo...
Pepe.

 
At 1/3/08 6:19 p. m., Blogger Airblue said...

No se deben hacer juicios temerarios, pero es cierto que la pederastia esconde una personalidad marcada por infinidad de frustraciones, obsesiones y todo ello suele tener su etiología en la infancia. Quizá buscaba en esas niñas lo que nunca se atrevió a buscar en los adultos... no sé, Pizarr, jugar a ser niño de esa manera tan obsesiva es difícil de entender y en aquella época tuvo que ser motivo de crítica. ¿Fotógrafo de niñas?... hummmmmmm .... ¿tapadera? ¿fracaso?... O quizá misticismo????
Sea lo que sea, tu entrada muy buena.
Un abrazo.

Buen post como siempre. Un abrazo.

 
At 2/3/08 5:17 p. m., Blogger TORO SALVAJE said...

Sería temerario juzgarlo por la carta, no sé, lo que sí veo es un post maravilloso, me ha gustado mucho.

Saludos.

 
At 3/3/08 8:22 a. m., Blogger ana said...

Me parece un hombre agachándose al suelo para jugar con una niña. Un hombre que disfruta de la relación con niños, hablando su idioma, usando sus frases, su ingenuidad.
Pero una pregunta:
Siempre eran niñas? no había niños?

Un beso,
ana.

 
At 3/3/08 3:17 p. m., Blogger Unknown said...

Cualquier persona mínimamente cabal se encuentra más a gusto en el mundo infantil....
es menos perverso y en este caso su predilección por las niñas no tiene porque ser malentendida....
desde el punto de vista actual estamos predispuestos a prejuzgar y no entender ese tipo de relaciones, por culpa de esta sociedad enferma, pero a mi me fastidiaria enormemente no poder mantener la relación que mantengo con muchos de los hijos de mis amigos y mis sobrinos, simplemente por no carecer de sentido del ridiculo y disfrutar de los juegos infantiles, seria más enfermizo tener que medir cada gesto o cada palabra par no ser considerado un peligro...
cuanto podemos aprender de los niños y que poca atención le dedicamos....
un beso pizar

 
At 3/3/08 5:33 p. m., Blogger JUANAN URKIJO said...

A mí también me gustan los niños y las niñas. Mucho, muchísimo. Me han gustado siempre y siempre lo he dicho. ¿Qué hay de malo en ello? Hoy hemos sacado las cosas de quicio y vemos tipos extraños y pederastas por todas partes. No digo, no, que no los haya. Pero condenamos con mucha facilidad y demasiada frecuencia.
Creo que Caroll amaba a los niños, y eso le honra. Su "Alicia..." fue y es una maravilla de libro. Sólo se me ocurre hablar bien de él...

Y de ti también, por cierto, a pesar de tus últimos recatos a la hora de comentarme cosas.

Un guiño cómplice y un beso, Pizarr.

 
At 12/4/08 1:09 a. m., Blogger ángel said...

Podrían ser nuestras bisabuelas....

 
At 4/5/08 6:07 p. m., Blogger Teresa Casanovas - letraperpleja said...

Qué deliciosa carta! Me ha encantado, no la conocía. Alicia es una de mis obras favoritas que de tanto en tanto necesito releer. Me encanta como juega Carroll con las palabras y lo que les hace decir.
Tambíen yo veo a un niño grande y con un inmenso sentimiento lúdico, inteligente.

También me han gustado mucho las palabras al silencio
y tu valle... Y de los mandalas, qué puedo decir, los 3 de ama son de una luz y armonía maravillosos.
18 días
tu madre debió ser alguien muy especial, os envío a las dos un cálido abrazo

Tu blog me va a llevar días! Te iré dejando comentarios así en pack, pues si no me llevara meses... oks?

 
At 22/8/08 12:14 a. m., Anonymous Anónimo said...

A decir verdad, puedo decir que me arrodillo a los pies de Carroll. Es uno de los no muchos autores del cual no solo siento admiracion por sus libros sino tambien por su curiosa y bizarra persona . Nunca sabré ,(o en todo caso sabremos) si el tuvo alguna vez malas intenciones con sus pequeñas amigas. Ami me agrada pensar que no y discutiria con quien me dijera lo contrario, pero no lo se :) Bueno, deliciosa carta, delicioso blogg. Suerte ^^

 

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