EL MUNDO DE LOS SUEÑOS

07 junio 2009

Pizarr … y el agua…



Sinfonía Nº 5 de Mahler



De niña me encantaba chocolatear en la playa, al borde del mar en donde rompen las olas. Al grito de… “Maculadita vamos a chocolatear”… salíamos las dos corriendo hacia la orilla, con algún mayor siguiéndonos los pasos, puesto que ya conocían a esas alturas mis hazañas playeras.



Maculadita ( Inmaculada ) es una prima de mi edad con la que durante muchos años compartí todas mis aventuras infantiles.

Ya soy mayor… ya no puedo chocolatear en la playa. Es una pena… porque me encantaría volver a hacerlo.



También me encantaba hacer churretes, que consistía en llenar un cubo de agua y arena y elaborar una especie de engrudo a modo de cemento, que después con mucha maestría dejaba caer de arriba abajo por todo mi cuerpo, incluida la cabeza a modo de finos churros que dibujaban filigranas en mi piel, dejándolos secar al sol y tomando la apariencia de pertenecer a cualquier tribu perdida del mundo.



Más tarde, descubrí que me encantaba bañarme mientras llovía, a poder ser en forma de sirimiri… Y también descubrí que me encantaba hacerlo desnuda… claro está, que esto he podido hacerlo en escasas ocasiones, porque requiere de una infraestructura playera que pocas veces se da. Aunque todavía en fechas no tan lejanas pude hacerlo de noche en una preciosa playa.





Ya no llueve sirimiri en mi Bilbo… el dichoso cambio climático tiene la culpa de todo. Se ha llevado nuestra lluvia en forma de finas gotas que las nubes dosificaban cada día durante años en el País Vasco. Gotas que limpiaban, sanaban y refrescaban el ambiente a modo de dulce spray reparador.

En Oropesa, en el Balneario de agua marina que hay al lado de mi casa de verano, hay una sala especial en la que llueve sirimiri. No hace falta decir que es mi sala favorita, es un recinto relativamente pequeño, con techos altos en los que se adivinan diminutas lucecillas a modo de cielo y que permanece siempre en penumbra. Procuro adentrarme en ella cuando no hay nadie. Es mi destino perfecto tras los baños romanos o turcos o tras una breve sesión de sauna. Y es que allí cierro los ojos mirando al cielo y revivo aquellos sirimiris que inevitablemente esconden tantas y tantas vivencias de mi niñez, mi juventud e incluso alguna de mi madurez.




El agua pulverizada y a una temperatura perfecta cae con tal suavidad que te acaricia la piel y te traslada a otra dimensión, de la que a menudo salgo al descubrir que mis manos están ya encogidas y arrugadas de tanta agua. Normalmente cuando me introduzco en esa sala suelo llevar más de dos horas recorriendo aguas diversas… piscinas… mar muerto… jacuzzi y chorritos mil.





Me encanta dejar caer el agua de la ducha sobre mi cuerpo desnudo, podría hacerlo durante horas, cierro los ojos y dejo que resbale sobre mi piel y se lleve consigo cuanto de negativo la rodea. El lama Osho aconseja hacer esto para purificar el interior, pero lamento decirle a Osho, que mil años antes de leerle y de saber de su existencia, Pizarr ya terminaba cada día con el contenido del agua del termo eléctrico que había en nuestra casa familiar. Inevitablemente venía detrás la gran bronca de mis hermanos, porque se quedaban sin agua caliente y les tocaba esperar a que el termo calentara de nuevo su contenido. En aquella época solo teníamos un baño, claro está.

Y es que ya desde niña el agua ejerció un influjo especial sobre mi persona

Todo debió de comenzar con aquellos chocolateos, cuando siendo una enana me tumbaba al borde del mar panza arriba y digo panza arriba porque la manera de hacerlo denotaba una actitud distinta al simple tumbarse boca arriba… panza arriba, es una especie de manera de decirle al mar… AQUÍ ESTOY… haz lo que quieras conmigo. Y una vez bien remojada me revolvía en la arena seca, como si de una croqueta se tratara, para volver de nuevo a tumbarme en el borde del mar esperando la embestida de la siguiente ola.






Y vaya si lo hacía, más de una vez las olas me llevaron y fui rescatada por los pelos por las manos de mi padre que solía permanecer ojo avizor. No podemos olvidar que los baños de mi niñez se llevaban a cabo en el Mar Cantábrico y ya sabéis como acostumbra a gastárselas mi querido Cantábrico.





Ya soy mayor para chocolatear en la playa de aquella manera en que lo hacía con 4 o 5 años, pero puedo hacerlo de otras mil maneras. Me encanta caminar descalza por la orilla al atardecer, a poder ser cuando la playa queda desierta y perderme en su horizonte… como veis, siempre termino perdiéndome en algún horizonte y es que nada como esas líneas infinitas para dejarte llevar…



Cuando yo era niña cada día tenía mi ración de sirimiri y acudía al colegio con mis katiuskas siempre pisando los charcos con fuerza, a poder ser si me mojaba el uniforme mucho mejor, porque de esa manera al llegar al cole las monjas me hacían cambiarme por la ropa de gimnasia. No es que esa ropa fuese la bomba, porque se componía de falda fruncida hasta las rodillas, camisa de manga larga y no os lo perdáis… una especie de bombachos hasta la rodilla… jajajajaja… no fuese a vernos la compañera de turno… LAS VERGUENZAS… por Dios que exageración… si no había chicos en 1 Km a la redonda. Pero eran monjas pertenecientes a una congregación francesa aún más recatadas de lo que eran las españolas de aquellos tiempos.

Cuando este invierno en el taller de haiku, el profesor nos mando un día elaborar un haiku con la palabra “ charco” de inmediato me vino a la cabeza aquel recorrido que durante tantos años realicé 4 veces al día con mis botas katiuska en el que en raras ocasiones faltaba ese mágico sirimiri




Y si hablo de agua y hablo de mar, no puedo dejar de pensar en el mar en invierno. Me encanta cuando al atardecer aparece la bruma por el horizonte y poco a poco va invadiendo la playa, confiriéndole un aspecto casi fantasmagórico. Esa niebla playera y nocturna es lo más parecido al sirimiri que he encontrado.





Y entonces recorro el muelle mientras observo a los pescadores solitarios, a los que en otros tiempos no llegaba a comprender y a quienes tan bien comprendo ahora. No tengo palabras para explicar la paz que se respira en esos momentos al lado del mar. Aunque no lleve caña, creo que ellos también me entienden, cuando me ven sacar mi libreta y empezar a escribir.







Algo debo de agradecer al cambio climático y es que a pesar de haberse llevado nuestro sirimiri, a cambio en los últimos años nos ha regalado fantásticas nevadas, de las que hacía muchos años no se veían por Bilbao. En enero de 2005 y de 2006 nevó a nivel del mar. Amaneció la playa completamente cubierta de blanco, la sensación de caminar por la playa pisando la nieve en lugar de la arena fue estupenda, tanto como las imágenes que esa nieve me regaló.





Mientras seleccionaba esta tarde fotos para esta entrada, que de alguna manera plasmaran mi sentir por el agua y por el mar que rodea mi tierra, descubrí algo que en su momento no supe captar. Y es que aunque siempre me ha apasionado la cultura oriental, en aquellos momentos aún no había empezado mis clases de Shodo (caligrafía japonesa) y hoy he visto esas letras escritas en la arena de mi playa.





No podría terminar de hablar sobre lo que significan el agua y el mar para mí, sin deciros que la mejor obra de arte que he contemplado hasta ahora, siempre ha sido una puesta de sol al borde del mar. Por eso os dejo con la secuencia completa de una de tantas puestas de sol vividas y disfrutadas.













53 Comments:

At 7/6/09 2:23 a. m., Blogger OshoMaestro said...

Hola Pizarr:

Muchas gracias por tu blog.

Comparto con Ustedes el siguiente link acerca de la visión de Osho:

http://osho-maestro.blogspot.com/

Recibe un afectuoso abrazo,

Gonzalo

 
At 7/6/09 7:06 a. m., Blogger Lena yau said...

Ah...Pizarr...algo habré hecho bien que recibo tantos regalos...

Porque tus dos últimos post han sido eso...regalos que me apropio.

(No sabes lo que significa para mí vivir tan lejos del mar...es como respirar con menos aire)...

Esas fotos...muero.

´Creo que soy nudista sólo para poder bañarme en el mar si ropa...

Y baññarse con lluvia...hace tanto...es lo más increíble...es escucharse en el mar...

Gracias por otro post de ensueño.

Siempre me devuelves las olas, la sal, el mar...

Un beso inmenso, naricilla!

 
At 7/6/09 7:40 a. m., Blogger TORO SALVAJE said...

Ummmmmmmm, ya me he dado el paseíto por tu post, siempre me relaja.

El agua me encanta. Me siento bien en ella, casi mejor que fuera.

Besos.

 
At 7/6/09 8:00 a. m., Blogger aapayés said...

que agrados los recuerdos que me has hecho de Bilbo.. el mar..

los paseos con mi hermano en Bilbo y el sirimiri acariciando el rostro, una lastima que no acaricien ya..

saludos fraternos con mucho cariño,
un abrazo

besos

que tengas un hermoso domingo

 
At 7/6/09 8:48 a. m., Blogger Mª Ángeles Cantalapiedra said...

... Me crié en tierra adentro, pero en vacaciones crecí en el mar, en el aire de la bruma y el sirimi, la nube gorda y la ola encrespada de Galicia; te he leído pensando y sintiendo cada palabra tuya.
Las fotos increibles.
Un besazo para las dos

 
At 7/6/09 10:12 a. m., Blogger mia said...

y como el agua

has quedado

rebelde y clara

mansa,y reflectora

En ti todo se atesora...

besos

 
At 7/6/09 12:22 p. m., Blogger Avellaneda said...

Te agradezco el relato de tus recuerdos y esas fotos del mar del que ahora estoy tan cerca pero que no visito como me gustaría. Allí en Madrid me acostumbro a no tenerlo pero aquí en Bilbao, el día a día me impide poder "chocolatear" mis pies y perderme mirándo el agua durante horas.

¿Sabes? yo de pequeña también iba y venía cuatro veces al colegio de las monjas, también teníamos que cambiarnos la ropa cuando las chaparradas nos sorprendían y, sobretodo, recuerdo la de charcos que mis katiuskas azules "cataban" en esas caminatas! ¡Cuantas cosas podría contar ese paseíto diario!

Un abrazo

 
At 7/6/09 1:15 p. m., Blogger Catalina Zentner Levin said...

Me encantaron las fotos y tus recuerdos de infancia.

Abrazos,

 
At 7/6/09 1:17 p. m., Blogger mangeles said...

¡Que bonito post, que bonitas fotos y que bonitos recuerdos¡

A mí también me entusiasmaban mis katiuskas rojas, y para que no se me rompieran, apenas pisaba los charcos con ellas, las metía con cuidadito, para verme sumerjida en el agua. ¡Para pisar los charcos y hacer la bomba, utilizaba los malditos zapatos marrones, odiosos del colegio...al fin y al cabo, luego se secaban al lado de la "cocina de carbón". Yo vivía en un pueblo, y como las calles no estaban asfaltadas, no era nada extraño llegar con los zapatos llenos de barro y empapados.

Pero lo que nunca conseguí y siempre odié, fué la arena de la playa en la piel. Todavía me quema y me hace daño. ¡Me raspa la piel¡...

Mi relación con el mar, era siempre dentro del agua,...y lo más lejos posible de la arena y del sol.

Y también recuerdo una noche de lluvia, chirimiri, en Santander...fué genial bañarse mientras llovía...el agua del ´Cantábrico estaba más calentita que el agua de lluvia jejejej..

Bueno, que me ha traido muchos recuerdos y todos buenos tú post. Un besazo guapa, y otro para la ojitos azules

 
At 7/6/09 1:41 p. m., Blogger Librería de Mujeres Canarias said...

Querida Pizarr, sumergirme en tus entradas es un baño de belleza purificadora. Quedo muda recordándome en el mar, en el océano al que pertenezco. Y agradecida.
Un beso.

 
At 7/6/09 3:47 p. m., Blogger MARU said...

Pizarr, que post tan magnifico, impregnado de recuerdos maravillosos,...
Las fotos, magníficas y bellímas.
Yo he vivido al borde de muchos mares.
El Oceano Atlantico en Brasil, el Mar Mediterraneo en Valencia (mi tierra) el Oceano Atlántico otra vez en Tenerife y Gran Canaria.Luego, otra parte del Mediterraneo,las maravillosas Illes Balears,
E Cantábrico, a donde iba cuando vivia en Palmplona y más tarde en Bilbao.
Los dos oceános de Cadiz, como digo, cuando vivia en Sevilla.Otra vez el Mediterraneo cuando vivi en Murcia. Luego las maravillosas rias gallegas, cuando vivia en Vigo, y ahora en Salamnca.
Suspiro ya por volver a estar al lado del mar otra vez...
Es mi casa, mi paz, mi sosiego, mi paisaje, mi música.
Sabes, yo todavia hago chorretes de arena con mis nietas...
Para qué crecer?
Un besito, y gracias por compartir todas esas fotos y sensaciones.

 
At 7/6/09 4:03 p. m., Blogger Genín said...

Varios sentimientos a flor de piel me ha dejado la lectura de tu relajante y maravilloso post.
Me has conducido a mi niñez en La Concha de San Sebastian, haciendo las mismas cosas, chacoloteando y los churritos, tanto por el cuerpo como en la arena, con las caprichosas construcciones que surgían en la orilla...
Haciendo "champas", sobre todo a lo bestia en Setiembre...
Compartimos Cantábrico, mas tarde, los paseos por tantas playas del mundo, tantas, que revelan que estoy ya muy lejos de la niñez, pero siempre, no se porque razón, compartimos tantos sentimientos,
Mi truco para bañarme, SIEMPRE desnudo, consistía y consiste aun hoy en día, en quitarme el traje de baño y amarrarlo a la cintura, no se notaba y ya sabes cuales son las sensaciones...
Sin embargo, hacer el amor en el mar, lo hice muchas veces, pero todas en Playa Colorada, en Venezuela, sin duda la mas preciosa de las playas del mundo...
cuando me muera quisiera hacerlo pensando en aquellos días, seguro que lo haría lleno de felicidad...
Gracias por provocar estas dos lagrimas de nostalgia que me resbalan por las mejillas, amiga, tan cercanas a la felicidad.
Besos y salud

 
At 7/6/09 6:47 p. m., Blogger ángel said...

Gracias por el mar de la memoria, y por este cambiante mundo( El mar, el mar, siempre recomenzando) en movimiento. Siempre es un placer venir a leerte.


Saludos...

 
At 7/6/09 7:05 p. m., Blogger la jardinera said...

Me ha venido a la memoria una sensación maravillosa de mi niñez: Cuando llovía me ponía catiuscas (con k o con c?)y entonces, que los charcos eran grandes y profundos, me metía hasta el medio del "pequeño lago" y alucinaba viendo cómo entraba le agua dentro de mis botas. Allí se mezclaban varios sentimientos a la vez, el placer y el miedo, miedo a caerme en las nubes. Fíjate esa sensación Pizarr, cuando me asomaba al charco en el que se reflejaba el cielo, me daba una especie de vértigo, la sensación de que iba a caerme dentro, pero dentro del cielo.

Ya no hay charcos como entonces; ahora está todo asfaltado, ni goterones como aquellos bajo los que pasábamos con el paraguas y nos ponían chupidas de tanta agua.
Ahora las casas disponen de buenas tuberías y ya no cae agua desde los canalones de los tejados.

Y el mar... creo que no hay nada que proporcione tanta paz como contemplar el mar. Sobre lo de nadar desnuda, desde hace dos años frecuento playas nudistas y la verdad, no hay ni punto de comparación. Esa sensación de libertad hace que la comunión con el mar sea más auténtica.

Pizarr... que te "veo" bien, que destilas paz y sonrisas, y que me alegro, no sabes cuánto.

Un besazo cargado de cariño,

 
At 7/6/09 8:56 p. m., Blogger Airblue said...

Aquí la rezagada:
Si, llevo unos dias un poco vaga, pero la primavera madrileña me ha regalado un poco más de ansiedad que de costumbre y me quedo.... bueno ya sabes cómo, flojilla hasta de ideas.

Ah! pero tu entrada ha sido como un baño dorado en esa secuencia de puesta de sol. A Genio se le caen las lágrimas, a mi con lo sensibilona que soy se me nubla la vista y casi no puedo leer.¡Vaya dos!....
Yo creo que lo he contado mil veces, Madrid no tiene mar y mi niñez estuvo también bañada por aguas del Cantábrico, Laredo, Santoña y Santander a los que ese sirimiri llegaba junto con un olor a café recien hecho todas las mañanas.
Y hay algo que me ha sorprendido, querida amiga, y son esos bombachos de gimnasia de los colegios religiosos. Déjame por un instante que cierre los ojos y me vuelva a vestir así, a verme ridícula y mojigata, pero feliz por los buenos recuerdos que me traen. Te tomo la mano y desfilamos hacia la colchoneta donde más de una vez te habrás retorcido el cuello , como yo. Desfilaremos de una en una, bien alienadas cantando al ritmo fascista ,(con perdón), de "La mirada, clara y lejos y la frente levantada......", quizá también la conozcas.

Felicitaciones y besos.

 
At 7/6/09 9:49 p. m., Blogger Luna Azul said...

Qué bella entrada Pizarr, no he podido dejar de sonreír acordándome del chocolateo y los churretes a la orilla del mar. Ese mar que compartimos. El bañarse mientras llovía, tantas veces en este Cantábrico. Las famosas katiuskas de nuestra infancia y que cuando trasladaron nuestras oficinas desde Bilbao a la población donde tenía la sede la fábrica, estaban también en nustros armarios, imposible salir a la calle sin ellas. De esto hace ya 25 años. Y me he reído pensando en los bombachos para hacer gimnasia. Que cruz, que mal lo llevaba y eso que las mías no eran monjas que eran de la Sección femenina.
Las fotos son preciosas Pizarr.
Cuantos atardeceres en la playa, que siempre ha sido la de Larrabasterra-Sopelana, cambiaba la zona dependiendo la época.
Bueno que me alargo recordando gracias a ti todas estas cosas.
Muchas gracias por la entrada y un abrazo muy fuerte.

 
At 8/6/09 1:08 a. m., Blogger Sergio Astorga said...

Pizarr, no conozco una serenidad mas sensual que la tuya.
Un abrazo encharcado.
Sergio Astorga

 
At 8/6/09 2:16 a. m., Blogger Gatadeangora said...

Hola guapa,comosiempre me ha encantado tu entrada.
Ahora vivo al lado del Mediterraneo, pero mi niñez y adolescecia la pasé en Asturias, en un colegio de monjas llamado Santo Angel, que tambien era de procedencia francesa.
Me he reido con lo de los bombachos, yo tambien los llevaba con el uniforme de gimnasia, la faldita azul marino la camisa blanca y los bombachos tambien azules , horribles! jajajaja.

Gracias por esos maravillosos recuerdos.
Las fotos divinas como siempre.

Muchos besos

 
At 8/6/09 2:41 a. m., Blogger Taller Literario Kapasulino said...

Que bello lo que escribiste... encantador... y es verdad que lo puedes hacer de otras formas...
Las fotos maravillosas!

 
At 8/6/09 12:08 p. m., Blogger inma said...

¡Peaso reportaje,niña!
Besazo

 
At 8/6/09 7:20 p. m., Blogger Patricia Angulo said...

Indefectiblemente cuando te leo me voy por donde vos vas.

Esta vez he sentido el mar tan cerca que no te das una idea cómo lo he disfrutado.

No sabía lo que era un sirimi, o como se llame esa lluvia finita, amaría poder sentirla, me gusta la lluvia, me gusta el mar, me gusta el agua sobre mi, me gusta ver llover y sentir el ruido del agua sobre los techos o verla correr en las alcantarillas.

Besos.

 
At 8/6/09 9:31 p. m., Blogger Luis y Mª Jesús said...

Tengo el ordenador en una terraza y estoy viendo una fina lluvia resbalar por mi ventana. He disfrutado de tu relato muchísimo. Me gusta la lluvia suave que te empapa poco a poco. Procuro pasear por calles poco concurridas cuando llueve suavemente, a Luis y a mi nos gusta mojarnos pero siempre aparece alguien que insiste en ofrecer un paraguas. Parece que a los 50 ya no es correcto mojarse, pero si lo es chocolatear en la playa, junto a los pequeños -hijos o nietos-, una ventaja de las familias grandes.
Gracias por las fotos y el relato.
Besos

 
At 9/6/09 12:15 a. m., Blogger mia said...

¡Como te pareces al agua, alma del hombre! ¡Como te pareces al viento, destino del hombre!

Johann Wolfgang Goethe

besos

 
At 9/6/09 12:22 a. m., Blogger Cecy said...

Con tus felicitaciones y encontrarme con este paseo he de empezar mi dia de maravillas.

Gracias muchas gracias por acordarte.

Te dejo un inmenso abrazo, porque como tu dices, en España ya lo estoy cumpliendo, aqui en unas horas no mas.

Besos muchos.

:):)

 
At 9/6/09 7:31 a. m., Anonymous Anónimo said...

El mar, nuestro fiel amigo, siempre suavizando las aristas de la existencia.

En mi caso, siempre va conmigo; como los pueblos nómadas que llevan a cuestas lo esencial.


Preciosas vivencias.

Un beso para las dos.
Pepe.

 
At 9/6/09 8:27 a. m., Blogger ybris said...

Un placer perderse por tus fotos, por tus recuerdos, por tu mar y por tu agua.
Algo así sentimos todos.
Quizás en el fondo deseemos purificarnos al tiempo que flotamos y sentimos.

Besos.

 
At 9/6/09 9:51 a. m., Blogger MentesSueltas said...

Hola, estoy de viaje y no tengo todo el tiempo que deseo para mis visitas.
Dejo este mensaje para decir presente.

Abrazos
MentesSueltas

 
At 9/6/09 8:19 p. m., Blogger JUANAN URKIJO said...

Da gusto seguir tus letras, que es un poco hacer lo propio con tus huellas en la arena. Además, las fotografías acompañan tan bien el paseo, que parecen intercaladas para ayudar a respirar.
Sí, es eso: en la evocación, se te respira.

Un abrazo, Meriyou.

 
At 10/6/09 10:28 a. m., Blogger Soy ficción said...

Me has emocionado. Siempre me he considerado especialmete ligada al agua. Me relaja, me llena, me hace feliz estar en el mar, o incluso en una bañera. No todo el mundo puede comprenderlo, pero estoy segura de q tu si :)

Q maravilla de imágenes, tengo q ir a conocer el mar cantábrico.

 
At 10/6/09 12:31 p. m., Blogger Lidia M. Domes said...

Hermoso pasear contigo por el mar y por tu vida...

Gracias por compartir estas bellísimas imágenes...

Así como las letras en la arena, habrá tantas cosas que no vemos...

Abrazos,

Lidia

 
At 10/6/09 7:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

Son tan bonitos tus recuerdos...
Los míos también están unidos al Cantábrico y a la playa La Concha...Recuerdo el frecor de la brisa en la cara saliendo del puerto, las gotas de agua salpicándome entera por mi afición de ponerme en la proa para estar más cerca del agua y el olor a sal a mar en la ropa, los caracoles con los que se adornaba mi larga melena en cuanto pasaban unos días de vacaciones y un par de viajes a la Isla, era una cosa curiosa mi pelo siempre liso, se ondulaba con el agua y la brisa del mar. Eso unido al bronceado que me transformaba en una pequeña mulata feliz y rebozada de arena, son algunos recuerdos de los veranos más felices de mi vida.El viaje siempre acababa con una mirada al mar y cerrando los ojos hasta no salir de Donosti para llevármelo conmigo hasta el año siguiente.
Los fresnos igualmente preciosos.
Besos dobles. Kreta

 
At 10/6/09 7:09 p. m., Blogger Marisa Peña said...

Por fin he podido dejarme llevar por tus palabras y tus bellas imágenes.Fluir contigo y sentirme agua....¡Qué suerte haberte encontrado, y qué alegría para mi corazón! Te beso, gracias por tanta belleza.

 
At 11/6/09 5:22 p. m., Blogger Sibyla said...

Hola querida Pizarr!

Me has puesto los dientes largos, largos, pues me encanta el agua, el mar , los balnearios, vaya todo lo que tenga que ver con ese maravilloso líquido tan preciado como es el agua!

Gracias por invitarnos a hacer ese recorrido por tu niñez, e imaginarte hecha una auténtica croqueta rebozada en arena.

Te dejo un abrazo muy fuerte:)

 
At 11/6/09 8:28 p. m., Blogger El búho rojo said...

No podemos evitarlo... el 80% de nosotros mismos (sinceramente, ahora no estoy seguro del porcentaje) es agua... ¿cómo no vamos a sentirnos bien ahí???

Pero no llego a entender el por qué no puede "chocolatear" otra vez... ¿qué te lo impide???

Preciosas fotos Pizarr, y una maravillosa entrada.

Un beso

 
At 12/6/09 12:32 a. m., Blogger Cucachispas said...

Como siempre es una delicia entrar es tu casita esta vez regada con un un vuen chirimiri y un hermoso Mar Cantabrico.Yo te digo lo mismo nos as echo recordar nuestra niñez, yo chapoteaba en la playa de Algorta y me acuerdo que en una ocasión las monjas nas llebaron de escursión a la playa de punta galea que despues de tiempo me entere que devia ser nudista, yo estube de colejiala e Neguri con las Relijiosas Adoratrices, era muy estrictas pero yo estube muy biem y tengo muy gratos recuerdos, es oy el dia que todadabia me secribo con mi maestra Hermana Concepción que esta en Logroño, es muy mayor, y de vez en cuando ablamos por telefono y recordamos aquellos tiempos, Que vien ablas del mar, como dice Air yo quiero ir a vuestro lado para caminar juntas, para pennsar meditar y contenplar esas puestas de sol tan maraviyosas y ese mar al que hace tanto tiempo no lo beo,
Pizazz te invito a que pases por mi casa tambien ai mar y fotos.
Besos Chispas

 
At 12/6/09 2:26 a. m., Blogger María Socorro Luis said...

Un hermoso recorrido por playas y por años de la infancia...
¿ Qué se hizo de nuestro sirimiri? Y qué bello nuestro Cantábrico...

Un abrazo desde la bahía.

 
At 12/6/09 7:29 p. m., Blogger Dani Clemente said...

Que hermosas fotos! no será que volvemos un poco a ese recuerdo nodrizo del útero materno? del flotar en la nada sin ningún pensamiento?

 
At 13/6/09 11:55 a. m., Blogger Raquel T. said...

Si no empiezo dándote unas gracias enormes, amiga Pizarr, siento que traiciono el sentimiento tan y tan a flor de piel que me han dejado tu historia y tus palabras. Y es que, además de agradecerte sensibilidad hecha frase e imagen, debo decirte que también soy amante del agua y del mar, y que su atracción siempre me ha beneficiado, porque en todo momento me han ofrecido respuesta y regazo. Así que leyéndote, he pensado en todos tus ratos, tan similares y sentidos como los míos, y me he sentido especialmente bien a la orilla de tu Cantábrico, porque, mientrás leía, yo también te traje a la arena de mi Mediterráneo... Gracias, Pizarr, gracias.
Abrazos felizmente acuáticos...

 
At 13/6/09 7:46 p. m., Blogger ArcoIris said...

Que recuerdos tan tiernos...
y que fotos tan bonitas...
La puesta de sol en la playa es de las cosas más bonitas que hay...son tantas las sensaciones que despierta...
Un beso

 
At 15/6/09 4:44 a. m., Blogger FLACA said...

Pasar por aquí es algo así como tomar un baño relajante...Todo es hermoso y sutil.
A mí también me agrada mucho el agua. Soy Piscis, no lo puedo negar.
Un abrazo inmenso como toda el agua del océano.

 
At 15/6/09 10:49 p. m., Blogger FLACA said...

¿Te dije que las fotos son bellísimas?

 
At 16/6/09 8:15 a. m., Blogger Eduardo said...

Este blog me traz felicidade...
Parabens por suas postagens.
um abraço

 
At 16/6/09 9:11 a. m., Blogger alfonso said...

Con la mirada en los sueños...

¿Quién te ha dicho que no puedes tener 5 años y seguir chocoloateando? Dime cuándo y dónde para ir a echar un vistazo ya que será muy interesante... después de leer tan sensual post.

...soplos suaves del oeste

CR & LMA
____________________________

 
At 16/6/09 5:19 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pizzi, me dejas una ola?
Besos dobles.Kreta

 
At 19/6/09 2:34 a. m., Blogger cieloazzul said...

Las imagenes son una delicia amiga... y tus recuerdos alegria que contagia!!
mil besos!

 
At 19/6/09 3:02 a. m., Blogger francisca de la torre said...

que lindo, Pizarr, estar tan cerquita del mar y también leerte, recorrer contigo esas aguas, esas gotitas de lluvia. Tanta emoción tuya hace revivir las propias junto a los recuerdos.

Gracias y te dejo un beso,

 
At 20/6/09 12:10 p. m., Blogger yonky said...

Muy armonica esta ultima entrada,tus recuerdos de infancia,tus gustos por el agua en todas sus versiones y las varias sensaciones provocadas,el mar con sus variantes,cuando lo abraza la bruma,cuando nieva sobre el o cuando nos regala esa bajada de sol,y todo acompañado de esas bellisimas imagen por donde tus ojos plasman las sensaciones de tu alma.

gracias de verdad

cariños desde la otra orilla,aqui en Montevideo

 
At 24/6/09 4:59 p. m., Blogger JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA said...

Querida Pizarr:
Mientras te leo, disfruto no sólo a nivel racional, sino también a nivel irracional, porque transmites una energía muy hermosa. Eres un ser espiritual muy hermoso.
Sabes, es curioso que una mujer Aries (un signo de fuego) sea tan marina. ¿Tendrás tu ascendente o tu nodo lunar en un signo de agua? Debería ser.
Sabes, yo como buen Escorpio (signo de agua que significa el agua que se asienta, el mar) me encanta el mar, y meterme bajo el chorro del agua. Nosotros los cubanos, hemos aprendido a darnos baños con cosas como leche, para limpiar nuestra aura, también con otros productos mágicos. Cuando iba en Cuba a los rios con grandes cascadas, me metía bajo el chorro, porque está claro que limpia mucho a nivel espiritual. También la madre mar limpia mucho.
No sé si lo conté alguna vez, pero al llegar a Bilbao, en la playa de Somorrostro, me metí con bandera roja (no sabía lo peligroso que era) y me estuve ahogando. No podía salir. El agua me arrastraba hacia dentro. Entonces, me puse muy serio, hablé con el mar como nos enseñaron a los cubanos los viejos brujos africanos. El mar se calmó un instante y me dejó salir. Luego en la orilla me dijeron que había podido salir porque era un gran nadador. Jejejeje.
Besitos.
Tadeo

 
At 28/6/09 11:50 p. m., Blogger FRANCISCO PINZÓN BEDOYA said...

Leerte es tan transparente que uno casi cree que te conoce... Directa y sencilla

Un abrazo, porque se te extraña por mis letras

 
At 30/6/09 9:35 a. m., Blogger Conciencia Personal said...

Excelente fotoreportaje, me haces sentir que estoy allí y no al lugar que pertenezco, tienes la habilidad de contagiar a quienes te leemos...Y hablando de amarillos, te robo ese sol púrpura...

Gracias, Monique.

p.d. por cierto, si existe la novela de Bolaño en partes.

 
At 1/7/09 5:23 a. m., Blogger FRANCISCO PINZÓN BEDOYA said...

Gracias por tus letras. Volví a maravillarme con tus fotos y la intimidad hermosa que uno siente al acercarse a ti.

Un abrazote

 
At 5/5/11 9:29 a. m., Blogger Unknown said...

Hola yo tambien estube en el colegio de las adoratrices de negur en el 75 al 80 creo no recuerdo bien las fechas y me gustaria saber si coincidimos

 
At 11/12/13 12:10 a. m., Blogger Mario said...

Me encantan las imágenes relacionadas con los paisajes del mar ya que me gustan mucho las vacaciones. Por eso disfruto de llegar a distintos sitios. Desde hace rato que quería hacer un viaje a la habana ya que me hablaron barbaro de dicho lugar

 

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