LA MUJER DE NEGRO
Fotografía: Ella...
El artículo que comparto hoy con vosotros, lo escribió en 1966 un tal P. Sobrado.
Lo encontré recientemente acurrucado en un cajón, al vaciar la casa de mi ama, que el 15 de mayo dejó de ser "la viuda de"... para convertirse en "la eterna compañera de"....
La forma en la que estaba guardado, significa que la lectura de dicho artículo debió de ser muy importante para ella.
Mi ama se quedó viuda antes de cumplir 40 años, con cuatro hijos pequeños.
Se vistió de luto riguroso durante muchos años. Incluso a nosotros nos vistió de lo que entonces se llamaba “alivio de luto”. Para quien no recuerde aquella época, consistía en vestir exclusivamente con los colores, negro, blanco, gris y lila.
A partir de ese momento, su vida fue una renuncia constante a cuanto se alejase de la mera educación de sus hijos.
Tardó muchísimos años, en empezar a vivir de nuevo para ella. De hecho, creo que jamás vivió para ella, ya que siempre vivió por y para nosotros. Aunque lo más parecido a vivir para ella que hizo, no lo hizo hasta su jubilación.
Leyendo dicho artículo, entiendo como debió de sentirse la pobrecilla, siendo tan religiosa como era.
Que cruel es a veces la vida y cuanto pueden marcar a las personas, unas normas sociales demasiado rígidas.
LA MUJER DE NEGRO
“Ese símbolo que nadie entiende”
El marido que se fue, se lleva consigo el nombre de su esposa. Mientras él vivía, ella se llamaba María, Pilar, Carmen. Ahora todo el mundo la conoce como “la viuda de Alonso” o “la viuda de Fernández”. Una vida que tiene que empezar a vivir y sin nombre. Lleva el nombre del muerto. El muerto se llevó el corazón de la que vive. Y la viva se queda con el nombre del muerto.
La viudez – triste capítulo de una vida – nos da la impresión que desmocha las vidas para dejarlas sin sentido. Una mujer viuda, parece una mujer a la que le falta algo para que tenga sentido. No es fácil leer en las vidas, y menos cuando estas llevan escrito un misterio.
La mayoría de las veces no se entiende la viudez porque antes no se entendió el matrimonio. Se veía a dos corazones que se amaban, se querían. Dos vidas que engendraban vida. Y poquita cosa más. Y, sin embargo, esas dos vidas eran un símbolo de algo mucho más hondo y profundo:
-él, esposo querido, significaba a Cristo… Quién lo diría, ¿verdad?;
-ella, la bella esposa, significaba a la Iglesia… Como para adivinos estaba la cosa.
Pero eso era la realidad de los esposos en función de aquel sacramento que un día los hizo marido y mujer.
Y si cada uno de ellos significaba a Cristo y a la Iglesia, su amor significaba aquel otro gran amor redentor de Cristo. Mientras vivía el marido, la vida humana tenía sentido. Sentido humano y divino. Pero, ahora, ¿Qué significaba todo ello?
Significa lo mismo de antes. Esa mujer de luto, seguirá siendo el símbolo vivo de una Iglesia esposa y viuda también ella. Porque también la Iglesia, esta, la que tú y yo vivimos, es una Iglesia esposa. Pero, una esposa viuda. Veinte siglos de viudez. Su esposo, Cristo, le dejó en orfandad el día de su ascensión a los cielos. Y esta Iglesia-esposa-viuda,”privada de la visión de su Esposo celestial, con el que permanece, sin embargo, indefectiblemente unida, marchando hacia Él en la fe y la esperanza, viviendo de este amor que la sostiene en todas sus pruebas y esperando impaciente el cumplimiento definitivo de las promesas iniciales” (Pío XII, Discurso a las viudas).
En el fondo del corazón humano de esa mujer “viuda de…”, anida una pena y un vacío. Pero, inserto en la sangre del dolor, florece el símbolo del gran misterio. La Iglesia se realiza en ella.
--- Viuda como la Iglesia.
--- Esposa como la Iglesia.
--- Como la Iglesia, viviendo en fe y esperanza y caridad.
Una vida que antes vivía para el esposo. Y ahora también. Una vida que era del esposo. Y ahora también.
“Tal es la grandeza de la viudez cuando es vivida como la prolongación de las gracias del matrimonio y la preparación para su florecimiento, en la luz de Dios.”
Esa “viuda de…”, será, en adelante, la “Iglesia esposa de Cristo, pero privada de su presencia, y al que tiene que amar en la tiniebla de la fe y el mañana de la esperanza”.
Lo encontré recientemente acurrucado en un cajón, al vaciar la casa de mi ama, que el 15 de mayo dejó de ser "la viuda de"... para convertirse en "la eterna compañera de"....
La forma en la que estaba guardado, significa que la lectura de dicho artículo debió de ser muy importante para ella.
Mi ama se quedó viuda antes de cumplir 40 años, con cuatro hijos pequeños.
Se vistió de luto riguroso durante muchos años. Incluso a nosotros nos vistió de lo que entonces se llamaba “alivio de luto”. Para quien no recuerde aquella época, consistía en vestir exclusivamente con los colores, negro, blanco, gris y lila.
A partir de ese momento, su vida fue una renuncia constante a cuanto se alejase de la mera educación de sus hijos.
Tardó muchísimos años, en empezar a vivir de nuevo para ella. De hecho, creo que jamás vivió para ella, ya que siempre vivió por y para nosotros. Aunque lo más parecido a vivir para ella que hizo, no lo hizo hasta su jubilación.
Leyendo dicho artículo, entiendo como debió de sentirse la pobrecilla, siendo tan religiosa como era.
Que cruel es a veces la vida y cuanto pueden marcar a las personas, unas normas sociales demasiado rígidas.
LA MUJER DE NEGRO
“Ese símbolo que nadie entiende”
El marido que se fue, se lleva consigo el nombre de su esposa. Mientras él vivía, ella se llamaba María, Pilar, Carmen. Ahora todo el mundo la conoce como “la viuda de Alonso” o “la viuda de Fernández”. Una vida que tiene que empezar a vivir y sin nombre. Lleva el nombre del muerto. El muerto se llevó el corazón de la que vive. Y la viva se queda con el nombre del muerto.
La viudez – triste capítulo de una vida – nos da la impresión que desmocha las vidas para dejarlas sin sentido. Una mujer viuda, parece una mujer a la que le falta algo para que tenga sentido. No es fácil leer en las vidas, y menos cuando estas llevan escrito un misterio.
La mayoría de las veces no se entiende la viudez porque antes no se entendió el matrimonio. Se veía a dos corazones que se amaban, se querían. Dos vidas que engendraban vida. Y poquita cosa más. Y, sin embargo, esas dos vidas eran un símbolo de algo mucho más hondo y profundo:
-él, esposo querido, significaba a Cristo… Quién lo diría, ¿verdad?;
-ella, la bella esposa, significaba a la Iglesia… Como para adivinos estaba la cosa.
Pero eso era la realidad de los esposos en función de aquel sacramento que un día los hizo marido y mujer.
Y si cada uno de ellos significaba a Cristo y a la Iglesia, su amor significaba aquel otro gran amor redentor de Cristo. Mientras vivía el marido, la vida humana tenía sentido. Sentido humano y divino. Pero, ahora, ¿Qué significaba todo ello?
Significa lo mismo de antes. Esa mujer de luto, seguirá siendo el símbolo vivo de una Iglesia esposa y viuda también ella. Porque también la Iglesia, esta, la que tú y yo vivimos, es una Iglesia esposa. Pero, una esposa viuda. Veinte siglos de viudez. Su esposo, Cristo, le dejó en orfandad el día de su ascensión a los cielos. Y esta Iglesia-esposa-viuda,”privada de la visión de su Esposo celestial, con el que permanece, sin embargo, indefectiblemente unida, marchando hacia Él en la fe y la esperanza, viviendo de este amor que la sostiene en todas sus pruebas y esperando impaciente el cumplimiento definitivo de las promesas iniciales” (Pío XII, Discurso a las viudas).
En el fondo del corazón humano de esa mujer “viuda de…”, anida una pena y un vacío. Pero, inserto en la sangre del dolor, florece el símbolo del gran misterio. La Iglesia se realiza en ella.
--- Viuda como la Iglesia.
--- Esposa como la Iglesia.
--- Como la Iglesia, viviendo en fe y esperanza y caridad.
Una vida que antes vivía para el esposo. Y ahora también. Una vida que era del esposo. Y ahora también.
“Tal es la grandeza de la viudez cuando es vivida como la prolongación de las gracias del matrimonio y la preparación para su florecimiento, en la luz de Dios.”
Esa “viuda de…”, será, en adelante, la “Iglesia esposa de Cristo, pero privada de su presencia, y al que tiene que amar en la tiniebla de la fe y el mañana de la esperanza”.
Etiquetas: MI VIDA
16 Comments:
Que barbaro, lo leeré de nuevo otro dia que no esté con telarañas, como estoy hoy. Porque sinceramente, las ideas de ese que escribe, los paralelismos que hace con Religión Iglesia y tu madre...De momento, no pondré adjetivos, no seria muy ecuanime que digamos.
Lo unico que si está claro, es que esa gran señora que fué toda su vida tu madre, tuvo que pasar la rueda de Santa Catalina (Para seguir con Religión) y nadie mas que ella, seguramente tragandoselo todo, lo supo nunca.
La certeza, la única, que le queda a uno, es que ya descansa en paz.
Ya se que te lo dije en otra ocasión, pero lo repito: Siempre que veo su foto me impresionan sus ojos de pura inteligencia y limpieza.
Un beso, y salud, Genín
Genin, te envío un besito muy largo para que llegue allá abajo, hasta tu campito.
Habrá quien se extrañe de este tema porque lo vean como algo más tipico de pueblos pequeños o de culturas más cerradas. Sin embargo no es así...mi ama era una mujer muy inteligente, educada en Europa...pero... con unas convicciones religiosas muy arraigadas.
Y pensar que en más de una ocasión le manifesté mi malestar por haber pasado precisamente los años de nuestra niñez vestida de negro... y es que era algo que yo recordaba como con tristeza... como si con aquel hecho, de alguna manera, nos recordase continuamente la ausencia de nuestro padre.
Que lejos estaba yo, en aquellos momentos de conocer como debía de sentirse ella... años más tarde ella misma se arrepentía de aquel excesivo luto, al conocer como nos habíamos sentido nosotros de niños.
Sin embargo, al leer este artículo, fué cuando comprendí de verdad, cuales debieron de ser sus sentimietnos ella en aquellos años.
Queridìsima Pizar:
No he podido por menos de llorar cuando te he leido.
En los ojos de tu ama he vuelto a ver la mirada de mi abuela Concha,esa intensa mezcla de melancolìa,añoranza,y dolor, junto a una resignaciòn y una decisiòn suprema de seguir viviendo para los hijos.
Ella tambièn quedò viuda muy joven, apenas 38 años. Cuando yo nacì ( la primera nieta de su hija mas pequeña) tenìa 60 y nunca se habìa quitado el luto.
No era una mujer triste y sacò adelante a sus cinco hijos con las armas que en aquel entonces ponìan el mundo y la sociedad en sus manos... la costura.
Pero eso si, la noche de negrura que habìa dejado la partida de mi abuelo, jamàs se fuè de sus vestidos, como un hàbito de la orden en la que ella enterrò sus anhelos, sus ansias y todo su ser.
Me gustò mucho el artìculo que incluyes, creyendo o no creyendo es consolador saber que han existido seres que en su profunda fè pueden dar muestras de de tanta fortaleza.
Besos Ely
¡¡Tremendo!!,pero hace unos años,el quedarse viuda,y con hijos,significaba renunciar a casi todo incluido el poder vestir con colores alegres...y ese !!pobrecilla es viuda!! significaba que no podia gozar ya de la vida
Y en cambio si el viudo era un hombre,el ¡¡pobre es viudo!! significaba que necesitaba una mujer en su vida.
Eran otros tiempos...que por suerte ya se han ido.
Besos
¿ Sabes una cosa Ely ? que por un lado efectivamente el artículo me indica el porqué de la forma de actuar de aquellas viudas... y veo que su fé en la religión en la que creían era como su punto de apoyo.
Sin embargo, me parece terrible la forma de anular la vida de aquellas mujeres, que el propio artículo describe primero como un apéndice de su marido y después de Cristo...
Tiene narices la cosa... por si mismas parece ser que ni se les reconocía...
EN FIN.... UN BESO MUY GRANDE ELY
Hola gatita, que nos hemos cruzado... menos mal como dices que los tiempos han cambiado.
UN BESO GUAPA
Querida Pizarr
Lei tu artículo y he quedado para dentro y lo único que te puedo decir es la rigurosidad de la santificación del matrimonio y la fé.
Un tema que en algunas partes todavía esta vigente creo.
En todo caso mis respetos por tu Sra. Madre que fue una gran mujer que volcó su amor a vosotros sus hijos.
Un beso a la distancia.
Hola.
Juzgar con la ética de ahora comportamientos de hace años suele conducir al error además de ser injusto.
Tu Ama hizo lo que ella creía que debía hacer o lo que la presión social, del entorno, o de la comunidad le exigía.
De tu post me quedo con tu mirada y tu recuerdo sobre ella.
Me emociona.
Besos.
Afortunadamente, todo cambia, y siempre es para bien...más el amor, sigue siendo amor, aunque cambien las formas.
Besos
Mi mamá fue viuda también y desde hace años es eterna compañera... Me ha emocionado leerla, linda pizarr.
Mil besos.
Estoy con Toro, Pizarr. Venimos de tiempos oscuros, en los que las cosas eran bien diferentes y se aceptaban sin cuestionar nada, porque la disidencia era, si no castigada, desconocida. Entonces, las cosas eran así y ahora nos parece terrible que así fueran.
Por suerte, en cierto modo nos hemos liberado de algunas cadenas... aunque, sin embargo, tengamos otras servidumbres.
Muxu bat.
Tork, Toro, Fanta, Madame, Dédalus...que me gusta mucho veros revoloteando entre el mundo de mis sueños...
Efectivamente no podemos juzgar con nuestra mentalidad de hoy lo que ocurrió en ese pasado... ya lo sé... pero que dura debió de ser la vida para ellas.
Yo solo sé que a pesar de considerarme una afortunada por mis estudios, mi profesión, mi vida y el tiempo y el lugar en el que me ha tocado vivirla, encuentro terriblemente duro y dificil haber criado a mi hija sola ( ya tiene 18 gracias a Dios)... por ello no quiero ni pensar en lo que tuvo que ser criar a 4 sola y en principio de la noche a la mañana sin medios para hacerlo.
En fin... LA VIDA ...
UN BESO INMENSO PARA TODOS
Wow, muy fuerte, son duras las normas autoimpuestas, sobre todo si vienen de fuera... Me ha emocionado este post :)
Me has emocionado, querida Pizarr. Mi abuela materna y tu ama, dos mujeres que se hubieran llevado muy bien. No te digo más. :)
Abrazo grande.
Querida amiga: el que compartas con nosotros esta historia es algo que me enternece muchisimo, y me llega muy hondo.
Porque sabes que yo soy viuda desde hace muy poquito. Y veo la historia quizás desde otro punto de vista distinto a otras personas.
Si que la historia es tremenda, porque por un lado está la vida de tu madre, y por otra la de los hijos. En aquellos tiempos todo era muy distinto y terrible, porque quedarse viuda, y con hijos, y en un pueblo, era todo demasiado fuerte. Pero como dices, a veces la religión ayuda bastante.
Me alegra saber, que ahora comprendes mejor todo lo que pasó, por lo que ahora sabes.
Yo desde mi viudedad, ahora, en estos tiempos que son muy distintos a los de antes, porque ahora la gente pasa de los lutos, aunque en los pueblos aun se siguen llevando. Te puedo decir, que aunque no me he puesto luto, aunque tengo a mi hijo casado, aunque cuento con un trabajo, noto mucho la ausencia, y mi corazón, aun está lleno de sentimientos, y parece que a veces todo sigue igual. Porque sigo queriendole como siempre.
Y la religion te ayuda porque sabes que todo no acabado, sino que desde allá te puede ver, y hasta intentas hablar.
Un abrazo, Leo
Hola Pizarr.
Env�ame un correo y te explico qui�n es acga y �oco
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