EL ALMA DEL CACAO

Esta mañana, mientras paseaba tranquilamente por mi ciudad, de pronto he visto la luz…

Allí estaba ella, haciendo esquina, en los bajos de un edificio situado entre dos céntricas calles. Con su inmenso escaparate acristalado mirándome a los ojos… retándome.

Todo tipo de exquisiteces chocolatiles se afanaban en llamar mi atención, insinuantes y provocadoras.

Había chocolates de todas las formas y de todas las tonalidades de marrones, negros y blancos.

Cuando he levantado la vista y he leído su nombre…”El alma del cacao”, he decidido por fin, que ya se en lo que me quiero convertir en esos momentos en los que necesito desconectar, alejarme, olvidar… en definitiva, en esos momentos en los que lo que quiero, es desconectar por un rato de la vida…


Quiero ser...: C H O C O L A T E

- Una linda taza de chocolate reposando en tus manos, mientras las calienta

- Una dulce onza de chocolate, que provoque una sonrisa en tu cara al saborearme



- Quizás un trocito de chocolate amargo, que dibuje un gesto de desconcierto en tus labios






- La crema en esa sesión de chocolaterapia recubriendo tu cuerpo





- Esa gota que se escapa de la fresa mojada en chocolate, resbalando por tus labios


- Esa tarta de cumpleaños capaz de hacer felices a muchas personas









- Ese huevo de Pascua, que tan felices hace a los niños

Definitivamente… Lo que quiero ser… es… CHOCOLATE…

La tienda “El alma del cacao”, ha despertado mi necesidad de serlo.