PLENILUNIO MEDITERRANEO



Días de adaptación a este mundo del dolce fare niente. Dias de sol, descanso y contemplación de esa luna que salió para recibirme y que me arrulla desde hace un par de noches.

Plenilunio real y Mediterráneo, que me permite perderme en sueños al parecer imposibles mientras contemplo el cortejo entre el mar y la luna desde mi ventana.

Días en los que me dejo llevar por la música de la vida y de los sentidos, como si de un vals nocturno se tratara. (Tomo prestadas tus letras sobre ese vals… )

Días en los que retumban palabras en mi mente, palabras que leo, palabras que escucho, que siento, que escribo, que recuerdo, que invento…

Días al lado de otro mar, de mi otro mar, el mar del calor, del ocio, el bullicio y las aglomeraciones que tan poco me gustan y que por fin he conseguido esquivar. Ya le he cogido el pulso a este nuevo mar, tan diferente del mío… de mi Cantábrico.

Como parece ocurrir siempre en mi vida, voy contracorriente y sin embargo soy feliz… quizás por ello soy feliz… por las mañanas, cuando todos van, yo ya vuelvo… y al anochecer, cuando todos vuelven, es cuando yo voy. De esta manera intento mantener el equilibrio, la paz y la armonía interior, sin que nada ni nadie la altere…

Y así transcurren mis días mediterráneos, estos días largamente soñados, anhelados y esperados desde hace tanto tiempo. Dejándome llevar en todos los sentidos…

Necesitaba con urgencia estos sanadores baños de mar… estos paseos y estas miradas al sol y a la luna mediterránea. Necesitaba sentirme de nuevo en soledad… y alejada de todo tipo de problemas y preocupaciones. Necesitaba sentirme de nuevo cuan churrasco tostándose al sol… jajajajaj… y eso que en mis horarios playeros aún no calienta con intensidad.

(Como veis el mini portátil ha hecho su función. Aunque es muy complicado acceder a Internet en este lugar en el que al parecer, los jóvenes y sus móviles copan toda la cobertura necesaria para poder funcionar con un mínimo de velocidad con el modem USB)