MI JUERGA DE NOCHE VIEJA

Antes de sumergirme en el relato de “ MI NOCHE “, lo primero de todo quiero desearos a todos UN FELICÍSIMO 2007, pero como ya he dicho en no se que conversación del foro de Amistad, como no se porte mejor... LO DEVUELVO... y me quedo con el pasado, porque aunque fue malo-malísimo, ya lo conozco y ya se lo que va a pasar si lo repito, sin embargo este nuevo año, no se aún que me va a deparar y tal como empezó de torcido…

Lo primero fue la maldita botella de sidra, que tengo que decir que en mi familia se bebe tan poco, que tomarnos una botella de sidra para 8 adultos, para nosotros es como un colocón, a la que mi pobre cuñado le quitó la argollita metálica y cuan elemento subversivo salió disparado el tapón, contra el ojo de su mujer y a continuación la botella cayó al suelo y empezó a dar vueltas como loca lanzando los miles de litros de sidra que me pareció a mi que contenía por todo mi salón.

Yo solo miraba aquella locura, viendo como mis libros, mis cuadros, todos mis MIS ... SALÍAN PERJUDICADOS SERIAMENTE...

Total... toda la familia casi dos horas limpiando cuadros, libros, paredes, suelos, retirando alfombras… UNA AUTENTICA LOCURA…  y de paso una miserable forma de empezar el año… Ya veis, todo por darnos a la bebida de esa manera tan dislocada.

Al término de esa bonita entrada de año, se fueron todos a sus casas y cuando yo me disponía a relajarme un poquito esperando la llegada de mi hija, que por primera vez en su vida salía de noche y en Noche Vieja, recibo a las 5 una llamada de la niña diciendo que está venga llamar un taxi, pero que es imposible, que comunican y que además su chico ha bebido más de la cuenta y se encuentra muy mal y no puede acompañarla.

BIEN... me visto, salgo andando camino al quinto carajo, para buscarla... SIN TAXI... me meto en el metro y aquí empieza la aventura de mi vida... todo el mundo MUY PERJUDICADO... TANTO COMO MIS CUADROS Y MIS LIBROS CON LA SIDRA... un olor, una cantidad de vómitos, que para que contar... el metro que era cada 3 minutos.... que no llega y el cartelito anunciador de las llegadas que cada vez aumentaba más minutos, en lugar de ir disminuyéndolos.

La niña llama que te llama al móvil, cuya cobertura en el subsuelo en el que yo me encontraba pues era bastante nefasta. La pobre hecha un lío, por un lado, por el panorama que ya empezaba a verse por las calles, con el personal empezando a salir de las fiestas, los cotillones, etc… que se iba sumando a todos aquellos que habían pasado la noche por las calles a base de litros, por otro que no sabía como volver a casa, ni que hacer con su chico en aquel estado.

Cuando por fin llega el metro y entramos a trompicones en los vagones... entendí la demora... en la estación anterior tuvieron al parecer que darle una ducha al pobre metro... limpio venía… los suelos de los vagones y los asientos todavía estaban húmedos… pero con un olor... y claro… en cuanto aquello se puso en marcha ... empezó la marimorena con los que iban mareados .... La limpieza duró un segundo…

Maldita la hora que me metí allí, para solo 2 paradas... parecía que la que iba borracha era yo, porque me pase todo el trayecto aguantando las arcadas que aquel panorama me producía.

Al fin llego a mi parada... me bajo y ni los ascensores, ni las escaleras mecánicas funcionaban... las habían parado por temas de seguridad... yo que no puedo subir escaleras, me vi inmersa en una oleada que me empujaba hacia las mismas,  además no había otra opción si quería salir de la estación del metro a la superficie… MÁS DE 100 ESCALERAS.

Además no solo estaba la prohibición de subir escaleras por el cardiólogo, sino que mis últimos achaques me afectan a las piernas y de momento mejor me privo de ese placer. Pues allí me tenéis a mi, intentando respirar adecuadamente, porque mi fuelle se acababa. Creí verdaderamente que me daba un patatús allí mismo.

Cuando llegué a la calle me tuve que sentar en el bordillo de la entrada de un Banco porque no podía ni andar, ni respirar y mi hija que seguía llamándome. Lo primero que me dice es " Mami, que te pasa, hablas muy raro, ¿ estas bien ?" Por fin le pregunto donde está y antes de contestarme, miro al otro lado de la Gran Vía en la que me encontraba y la veo sentada en el bordillo del Banco de enfrente con su chico y dos amigos que había conseguido localizar para que les acompañasen, pensando que yo no llegaba.

Los amigos se llevaron a su chico a casa y ambas dos, nos dirigimos a la nuestra… PERO ESTA VEZ ANDANDO… Porque era impensable bajar de nuevo todas aquellas escaleras y volverlas a subir al llegar a la parada de metro de nuestra casa. Porque ella si que no puede de momento subir, ni bajar escaleras.

Pues tan contentas las dos, evitando los charquitos, los borrachos, los gamberros, etc… llegamos a casa cuando faltaban unos minutos para dar las 8. Las dos destrozadas. Mi hija muerta, sentándose la pobre en las aceras cada 5 minutos porque su pierna no podía ya más. Los bancos estaban todos pringosos, era imposible sentarse en ellos. En fin que creo que su primera salida nocturna, quedará para los anales de la historia.

Ahora decirme… ¿Es esta manera de empezar un año? ¿Tengo o no tengo razones para quejarme?

Pues lo dicho al principio,  o se comporta adecuadamente este año que comienza, o  lo devuelvo y sigo con el pasado.